El modelo capitalista actual basado en la economía rentista y parasitaria es un
sistema fallido. La clase media, preponderante en la Edad de Oro del Capitalismo
(social), se ha visto defenestrada por políticas favorecedoras de la
plutocracia desde 1973, año en que se abandonó el espíritu económico del Estado
del Bienestar con la excusa de la estanflación, cuando la realidad fue el
embate de la OPEP cuadruplicando el precio del petróleo y realizando embargo a
varios países occidentales, lo que supuso una drástica subida de precios que
llevó a ese estadio inesperado de bajo crecimiento y alta inflación.
Desde entonces, la plutocracia
irrumpió a través de economistas bien pagados a sembrar la misma miseria ética,
moral y pseudocientífica de que el Estado era el problema al haber permanecido unos
años interviniendo en economía y haber logrado en ese tiempo aumentar la
riqueza de las naciones occidentales y el PIB mundial a un ritmo de un 5 %
anual, doblando el bienestar económico de las personas cada 20 años, cuando
en épocas óptimas anteriores se había logrado en 50.
El capitalismo neoliberal es un
fraude ante la mayoría de las personas. Ha posibilitado el desempleo masivo en
muchos lugares del mundo y en algunos ha sido un problema insostenible. Por ejemplo,
en España han existido picos en los ’90 del siglo pasado de más del 22 % de
desempleo, mientras que entre 2012 - 2013 se llegó a un 26 % largo. En esas
condiciones se ha logrado arrinconar y arruinar a la clase media y a la trabajadora.
La macroeconomía que antiguamente
se había orientado al pleno empleo ya no lo hace. Se persigue el beneficio de
sectores parasitarios y especulativos, como bien se describe en la economía
FIRE de USA (Financial, Insurance and Real Estate).
Mucha actividad manufacturera se
ha deslocalizado a otros países, en especial a China, un país peligroso con una
cruenta dictadura de partido único que no respeta derechos humanos ni tratados
internacionales y que intenta erigirse como primera potencia mundial para
exportar su sistema de esclavitud a nivel mundial con la ayuda de los
plutócratas occidentales que han deslocalizado la producción en un ánimo de
lucro en sectores esclavistas que han conducido a un fuerte desempleo en
occidente y también a una copia de know how por parte de estos irresponsables “grandes”
empresarios que han cedido al chantaje chino.
Hay que desmantelar y desmontar el neoliberalismo y todas las escuelas liberales ultras que preconizan el libremercado (fundamentalmente en lo referente al librecomerdcio sin aranceles para occidente pero sí para China), pues son estas
estultas ideas las que han propiciado que hoy en día China sea el paradigma a
seguir a nivel mundial, la esclavitud, la no existencia de derechos humanos y la
plenipotencia de un partido dictador que pretende dominar el mundo como es el PCCh.
Y esto ha sido posible gracias a la ingente entrada de capitales extranjeros
inversores y al robo de propiedad y también al dumping industrial chino, que
todos conocemos. Si bien China se ha capitalizado y ha crecido enormemente, es hora de frenar al gigante asiático pues es impulsado por un régimen fascista (con estandarte de "partido comunista") que no respeta ni la propiedad privada (robo al millonario Jack Ma) ni a sus ciudadanos, ni tampoco los tratados de comercio, ejerciendo un fuerte proteccionismo, frente a la ideología de los idiotas neoliberales de occidente para arruinarnos progresivamente.
Debemos adoptar un nuevo modelo
de democracia donde el poder resida en el pueblo y no en políticos corruptos colusionados
con el poder económico. Para ello debemos ser inteligentes y lograr la
democracia sin partidos políticos, es decir, con políticos independientes (tecnócratas de mérito),
controlados y evaluados por su buen hacer y que sean sorteados para conseguir
reducir la corrupción al mínimo. De esta forma hallaremos un camino de
prosperidad cuando el pueblo sea libre de tomar las decisiones, cesando a los
políticos que realizan malas acciones contra el pueblo o cometan delitos. Poseemos
ahora tecnología para ello. El Estado debe gobernarse como una empresa, por técnicos, por gente que sepan resolver los problemas y sea aséptico a los electores, que es lo que hacen los "partidos políticos" tradicionales. Necesitamos orden, ley, Estado y Democracia de verdad, capitaneada por personas de mérito (no todo el mundo vale para político por meterse desde chaval a un partido y ser elegido porque cae bien...)
Tenemos una gran oportunidad para
mejorar la sociedad. Debemos erradicar falsas ideas que únicamente intentan empoderar
a la élite económica y al mismo tiempo, debemos derrotar y derrocar al PCCh, como enemigo
de la humanidad, en cuanto intenta atacar nuestro precario sistema de libertades.
Los plutócratas advenedizos están
del lado de China, porque les supone más ganancias a la hora de pagar menores
costes salariales y, además, han observado que un sistema de férreo control
social es bueno para sus intereses de mantenerse en el poder económico no cediendo
ante la presión de una sociedad cabreada y hastiada de un sistema capitalista parasitario y rentista fallido y nocivo para la mayoría de la población. Han observado que China
mantiene a ralla a su población y eso no les ha parecido mal a los grandes
capitalistas hasta tal punto que intentan por todos los medios buscar un
sistema totalitario, donde ellos, junto con sus amigos los "comunistas" del buró
chino, estén unidos importándoles un bledo que no existan libertades ni estado
de derecho en occidente. Esto representa un grave peligro sobre nuestros
maltrechos sistemas políticos.
Es por ello que necesitamos
luchar en dos frentes concretos:
- La eliminación de las doctrinas liberales turbocapitalistas, por ser contrarias a la sociedad capitalista productiva donde la clase media sea la empoderada y tractora. Con estas ideas se consiente que la plutocracia se distancie, cada vez más, de las demás clases pauperizadas, construyendo una verdadera Aristocracia meritocrática que empodere a la clase media como tractora de la sociedad de consumo, tal y como se hacía en el sistema fordista. Con la excusa del libre mercado se vende la idea de que el mercado es el que tiene la voz cantante, cuando todos sabemos que, primeramente, somos ciudadanos, y luego compradores y vendedores, y que si la inmensa mayoría de ciudadanos no son libres (empleo precario, imposibilidad de poseer casa en propiedad, salarios impropios, desempleo abismal, jubilación en el aire, impuestos pagados por la clase media trabajadora pero evasión y ocultación de la fortuna de los ricos en paraísos fiscales, autónomos precarizados, etc.), entonces, ninguna libertad de mercado va a mejorar su situación. Muy al contrario, la va a empeorar, pues el rico será más rico, y el pobre, más pobre.
- Perseguir la destrucción del modelo del PCCh por ser una amenaza a todos los ciudadanos medianamente libres que cohabitamos este mundo.
Además, nuestro objetivo es
conseguir la democracia, el gobierno del pueblo de verdad, con políticos
independientes de partidos, con jueces no elegidos por ningún político, y
poseer el control de lo que hacen estos políticos.
Nuestra misión es ardua, pero no
es utópica. Las tesis liberales clásicas del laissez faire fueron desvirtuadas por la mayoría de académicos
y políticos después del crack del ’29. El hecho de que haya algunos palurdos
que estuvieron “predicando” nuevamente sobre estas ideas poniendo siempre como
ejemplo al comunismo (pero censurando férreamente el Estado del Bienestar de
1944 a 1973), no quita que, en la actualidad, una radicalización de estas ideas
intente destruir nuestro modelo en pro de que la oligarquía depredadora se apodere cada
vez más de los gobiernos y seamos unos esclavos de los plutócratas a través de
estos bufones bien pagados.
De la misma forma, el gobierno
chino comunista puede caer. Ya lo hizo la URSS.
Y respecto a la democracia que se
plantea, significa una mejora sustancial de la actual mierdocracia demagógica que
padecemos la inmensa mayoría de los ciudadanos del mundo donde dicen que hay “democracia”. Sin separación de poderes, sin independencia judicial padecemos una democracia falsa como la actual, que es, en realidad una demagogia.
Conseguiremos nuestros propósitos porque son nobles y viviremos íntegramente para su consecución como un plan maestro para la mejora de la vida de la mayor parte de la gente del mundo.
Se concluye que la verdadera libertad es la del ciudadano y no la de ningún mercado, pues eso implica que hay actores que pesan más en esa sociedad, por tener mayor propiedad, por disponer de empresas. En esas condiciones los demás no pueden competir en igualdad de condiciones para lograr la prosperidad, por lo que se trata de una falsa libertad, es decir, es una libertad restringida a unos cuantos. El único capitalismo que puede funcionar es aquél en el que el Estado interviene y donde los políticos son controlados por el pueblo directamente y en todo momento. ¿Cuándo llegaremos a ese estadio de prosperidad del ciudadano medio? Si imaginamos ese escenario, es que lo podremos alcanzar. Tenemos herramientas para ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario