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domingo, 8 de abril de 2018

Cómo disminuir la deuda de los estados, cientificando la política monetaria del BC, controlando el coeficiente de reserva y el tipo de interés. DEMOCRACIA.


El capitalismo definido fundamentalmente por Adam Smith en el tránsito desde el mercantilismo estatal tuvo un fallo prominente. Smith afirmaba que el dinero se mantenía neutral en una economía definida por el liberalismo económico clásico, cuando agentes individuales libres perseguían su objetivo de maximización de beneficios. Refirió el comportamiento de los agentes económicos en una competencia perfecta, es decir, en una sociedad donde se podrían intercambiar productos (y servicios) por vendedores y donde cualquier ciudadano o empresa compraría equilibrándose la oferta con la demanda, rentas y salarios, nivel de desempleo e inflación gracias a la mano invisible que guiaba los mercados sin intervención estatal.


Es probable que Smith conociera múltiples fábricas de telares ingleses y pensara que los tejidos de cualquier taller podrían ser atractivos para su compra. No conoció los grandes monopolios de las empresas concentrados en familias de plutócratas, es decir, las compañías multinacionales, verdaderos obstáculos en la actualidad para tener un libre mercado. Y es probable que empezara a conocer los grandes cetros (y centros) de poder financiero que se fueron configurando desde el siglo XVIII, pero quizás no llegó a saber que el capitalismo financiero destruiría la esencia del libre mercado, transfigurándose en una falacia cada vez más evidente de la plutocracia avariciosa.


Hoy en día se sabe que ambos puntos de vista son incorrectos. La competencia perfecta existe en muy raras ocasiones, como puede ser cuando se visita un mercado típico tradicional y los vendedores comercian productos iguales o idénticos, por ejemplo, los mercados medievales de algunas ciudades. En definitiva, la competencia siempre es imperfecta por múltiples razones: calidad, mercados, variedad, precio, tipo de empresa, marketing, economías de escala, países con control de la producción a precios anormalmente bajos (dumping) para la exportación masiva, etc.


Además, desde la Edad Media hasta el inicio del capitalismo existían los gremios de artesanos (maestros, oficiales y aprendices) donde se pactaban unas condiciones comunes para todos los integrantes de cada gremio, para protección común de los miembros, calidad de la producción, que hacía que todos los miembros tuvieran asegurados medios de vida adecuados. Eran organizaciones totalmente reguladas para beneficio, no solo de los partícipes en los gremios sino para los ciudadanos, donde no podía haber precios abusivos, como hoy en día hacen los grandes oligopolios con el precio libre según el mercado.


El mercado libre tiene sus paradojas, y son las guerras de precios. Modernamente cuando a algún desnortado empresario intenta hacerse con el mercado de esa forma, puede pagarlo gravosamente. Esto le ocurrió a un panadero de Valencia, que llegó a vender la barra de pan por debajo del precio de coste, y después de arruinar a la competencia, se arruinó él mismo.


Sin embargo, la afirmación de que la libertad y el individualismo deben darse en las transacciones económicas procurando el mayor beneficio al individuo, sin importar el resto de seres humanos, porque se supone que harán lo mismo, es uno de las grandes embustes de las nuevas escuelas económicas postmercantilismo. Se solía decir en la economía clásica del laissez faire que el individuo debía tener libertad para comerciar y que el Estado no debía intervenir en absoluto para satisfacer el mayor grado de prosperidad. La cuestión es ¿quiénes esgrimían esa máxima falsificada? Indudablemente no lo afirmarían los obreros de las fábricas de telares ingleses que trabajaban no menos de 12 horas para poder subsistir, junto con hijos menores, como proletarios esclavos de un sistema que solo favorecía al patrón. En el ambiente de “libertad” donde se expusieron esas ideas por economistas de la nueva doctrina del “liberalismo económico clásico”, millones de seres humanos habían huido de la despoblación del campo debido al decaimiento de su actividad como agricultores o artesanos para ser “libres” en unas fábricas donde la explotación en aquellos tiempos era la forma de sobrevivir a los nuevos tiempos de deslocalización masiva del campo a la ciudad. Y es que el beneficio de unos pocos era la pobreza y la miseria para muchos. Evidentemente, la doctrina beneficiaba, no al individuo, sino a unos “pocos” seres, aquellos que disponían de mayores recursos económicos que se aprovecharon de la situación para cristalizar grandes fortunas.


En definitiva, en los albores del capitalismo, muchos operarios de fábricas se lamentaban de que sus tatarabuelos habían pertenecido a un gremio y tenían medios de supervivencia mucho mejores que las conseguidas en ese estadio histórico. Afortunadamente, hemos avanzado mucho desde tiempos de la Revolución Industrial hasta ahora, y el capitalismo ha traído más beneficios a la sociedad, pero desde 1973 en occidente hemos vuelto a caer en la trampa del neoliberalismo, pues en China funcionan a todo trapo con el neomercantilismo, con su fuerte proteccionismo, cosa que nosotros no hacemos con la apertura del librecomercio, libre solo para hundirnos a los que teníamos ventajas sociales y libertades adquiridas.


Recordemos que, en esa época, no existían sindicatos, regulación de salarios, y que el patrón pagaba solo lo justo para que el proletario malviviera, precisamente para amasar él una fortuna gracias a esta mano de obra semiesclava. Y sí, funcionaba la ley de la oferta o la demanda: o tomas esto o te mueres definitivamente de hambre pues no hay alternativa…


Por tanto, Smith y otros de su época no tenían razón. Smith solo veía el punto de vista de los poseedores de los medios de producción y su libertad individual frente a épocas previas donde monarcas y gobernantes habían dominado mediante el mercantilismo los estados por herencia de sangre o mediante la fuerza, la mayoría de las veces, sin acierto y sin competencia, al haber tenido el control de los medios de producción para su propio beneficio, el de los cortesanos y pelotilleros comparseros de alrededor. Sin embargo, no pudieron apreciar estos liberales clásicos que abrir el librecomercio a todos los países solo puede traer problemas, pues cada país tiene un tipo de cambio, un nivel salarial, una política cambiaria, y por mucho esfuerzo que se intente dar al mercado libre, es una quimera, pues los países siempre son proteccionistas de alguna forma. De lo contrario, naciones enteras se arruinarían de la noche a la mañana si entraran mercancías y productos sin ningún gravamen ni arancel, y entonces reinaría en el mundo la anarquía, es decir, una guerra de todos contra todos, donde desaparecería la humanidad en luchas sin final.


De todas formas, si analizamos la historia en cualquier lugar del mundo hasta el advenimiento de las ideas vertidas por el liberalismo económico clásico, la sociedad casi siempre había sido de señores que decidían el bienestar de su clase, y el resto, la mayoría, que hacían lo que se le imponía desde arriba. Y eso representaba carencia de libertad política y social.


Sin embargo, si comparamos la época mercantilista en la que el Estado-Nación tuvo el máximo apogeo y control, existían personas que se dedicaban a la agricultura, ganadería, pesca, industria y demás actividades. Lógicamente muchos de ellos eran pobres de solemnidad. Pero en el tránsito hacia la economía que desterró al Antiguo Régimen se produjo, como hemos referido, una avalancha de gente del campo a la ciudad. Donde antes eran libres para ejercer su profesión, se hallan en una situación donde deben forzosamente emigrar para subsistir y encuentran un medio de explotación que no lo habían conocido en épocas anteriores, en unas fábricas donde apenas se les paga para comer a toda una familia y donde no pueden conseguir un mínimo umbral de esperanza de supervivencia con dignidad. Esto se dio cuando los pastos y cultivos fueron adquiridos por terratenientes, expropiando por la fuerza a los propietarios en base a la coacción estatal de la época, que contribuyó a que tuvieran que emigrar con destino al burgo, la ciudad.


Vemos cómo la libertad individual preconizada por Smith y otros no es más que la falacia del más fuerte sobre el más débil (darwinismo social o ley de la selva) y que estas ideas solo pueden llevar a mucha gente a la esclavitud si no existen contrapesos legales por parte del Estado u otros actores que velen por la garantía de unos mínimos requisitos para que el ser humano viva en condiciones dignas.


No es de extrañar que personajes torpes y utópicos como Marx idearan contrarréplicas ideológicas todavía más absurdas como el socialismo marxista, donde un violador de su sirvienta, a la que no pagaba más que la comida y el alojamiento para subsistir y donde ocultó un hijo para no reconocerlo y no perder su reputación, afirmaba que los proletarios debían de hacer una revolución para quitarle a los ricos lo que les pertenecía y que lo controlara el Estado en manos de proletarios. La práctica de esta doctrina diabólica solo ha llevado a los países que la han desarrollado a la miseria colectiva, al malestar social, a la persecución ideológica, al control de unos pocos del Estado para vivir como reyes a costa del pueblo y a las migajas económicas que se da al pueblo para intentar mitigar el ataque a tal régimen que solo puede traer pobreza general y enriquecimiento de los gerifaltes que gobiernan.


Recordemos que tras la Revolución Francesa se finiquitó el sistema absolutista, poco a poco, para dar paso a una sociedad a la que se la “liberó” de unos señores feudales que tenían control absoluto sobre sus siervos y esclavos, cuando en realidad se cambiaron los perros y se mantuvo el mismo collar, de una forma sutil.


En todas las sociedades siempre han existido ricos y pobres, pero lo que no se debe permitir es que nosotros nos dejemos engañar con las libertades individuales de unos pocos para que, incrustados en el poder, legislen y gobiernen por y para la plutocracia.


Desde 1879 a 1914 rigió el patrón oro en las transacciones comerciales. Existía la esclavitud en algunos lugares y todos los Estados modernos vieron como la forma de aumentar su poderío económico era la conquista de tierras para controlar las materias primas en una competencia sin parangón que derivó en la I Guerra Mundial. La democracia no existía tal y como se concibió en la Grecia clásica de la polis de Atenas. Solo votaban para elegir a políticos de partidos la gente con ciertas características económicas, educacionales (sufragio censitario). Existían parlamentos en poder de los grandes poderes político-económicos. La monarquía inglesa parlamentaria tuvo un mayor adelanto en la concepción de un estado moderno postfeudal. En Grecia tampoco todos los habitantes podían representar al pueblo, eran ciudadanos con poder de representación, todo varón mayor de 20 años, excluyendo a a las mujeres, a los extranjeros y a los esclavos. Lo de las mujeres era por machismo, se supone, lo de los extranjeros, se entiende que era para que el poder no recayera en gente a la que podría interesarle ir en contra de la polis, y lo de los esclavos, ya es otra cosa... Modernamente una democracia mejorada debería excluir a gente no apta para desempeñar el puesto, y eso debería regirse por órganos de control democrático y no por partidos políticos que optan por elegir al "producto mercadotécnico", apto para recolectar la mayoría de los votos posibles, que no tiene porqué ser el mejor. No todo el mundo vale para político y en una democracia real, no existirían partidos políticos y se entrevistarían y se evaluarían para candidato solo a los mejores, al igual que funciona una empresa, donde un obrero no puede ni debe dirigirla, pues con toda seguridad, no lo hará de forma óptima, pues no tiene los conocimientos, la destreza, ni la valía necesaria. No todo el mundo vale para político, ni todo el mundo vale para empresario. Si eres empresario, y fracasas, es tu problema, pero si un político, por mala gestión, hunde un país entero por su incompetencia o deslealtad, entonces el problema es mayor para todos.


Podría decirse que el sistema de moneda basada en el patrón oro intentó establecer una primera globalización económica natural, con acuerdos entre las distintas potencias europeas pues era un sistema que supuestamente y según las formulaciones liberales clásicas, debería tender al equilibrio de las naciones: un país A exportaba mercancías a otro B, por lo que el país B se quedaba sin algo de oro y el A tenía exceso, lo que hacía que su dinero fuera más fuerte. En teoría esto hacía que el país B reajustara sus salarios y precios a la baja (con descontento entre los ciudadanos y empresarios en esa etapa), y con esa moneda más débil (al disponer de menos reservas de oro) hacía que sus mercancías fueran más atractivas a la exportación, por lo que se llegaba al equilibrio y volvía a adquirir reservas de oro en dicha transacción. Pero mientras que llegaba el equilibrio, el país B lo pasaba mal, que eso es algo que no se dice en los libros clásicos del liberalismo inglés. No me entretendré en demostrar esta teoría monetaria del patrón oro pues fue totalmente anulada con la Gran Guerra de 1914, en la que los excesivos gastos militares de los países beligerantes hicieron colapsar el sistema que había mantenido una estabilidad de solo 35 años. En definitiva, el patrón oro no permitía que los Estados se endeudaran tanto, pero es que las necesidades de los estados no pueden estar ancladas a patrones metálicos, porque ese corsé impide su desarrolo económico, aparte que el oro es un bien escaso y usarlo como patrón puede tener implicaciones muy negativas para los estados que no tengan la suficiente capacidad para respaldarlo. Además, la extracción mediante minería de oro es muy lenta para proveer a los países, y debido a las expansiones financieras y económicas, es inviable su acople. Lord Keynes ya criticó al entonces canciller Winston Churchill de los efectos negativos de anclar la libra esterlina nuevamente al oro. Churchill, desoyendo dichos consejos, se vio envuelto en una crisis económica propiciada precisamente por la vuelta al patrón oro en Gran Bretaña.


Después de la gran depresión de 1929 y casi finalizando la II Guerra Mundial se llega a los acuerdos de Brettón Woods en 1944 donde se aprueba el patrón cambio - oro con el dólar. Este sistema funcionó hasta 1971 y es el que desarrolló con gran plenitud la clase media en todo occidente (en EEUU logró Ford enriquecer a las masas obreras desde 1915 al duplicar los salarios de sus trabajadores y tener la genial idea de producir coches para obreros, enriqueciéndose a sí mismo, a sus trabajadores y tendiendo a iniciar un sistema productivo que propusiera crear competencia para que los demás hicieran algo parecido, pues, en un principio, la plutocracia vio el automóvil como “un medio para las clases altas”). El sistema fue anulado por Richard Nixon a través de las ideas de Milton Friedman según su máxima “deje que la política monetaria ajuste la economía” y el dólar quedó en una flotación libre. El patrón cambio oro murió cuando Francia llevó un barco a EEUU para canjear dólares en oro. El sistema se basaba en la confianza depositada en dichos acuerdos pero las reservas de Fort Knox no fueron auditadas por nadie, y el sistema de Bretton Woods se vino abajo. Todos los patrones metálicos que respaldan una moneda significan un fraude que se basa en la confianza bajo el oscurantismo de las reservas reales de oro vs moneda. Y esto es debido a que el Estado, a través de la Banca Central solo crea, como mucho el 15 % del dinero en efectivo, mientras que el resto es dinero bancario, que es creado en los préstamos que realizan los bancos. Es imposible llegar a la paridad de la moneda con el oro, pues aunque a nivel macroecónomico es el Banco Central el responsable de la supervisión del sistema, siendo prestamista de última instancia, entre varias de sus funciones, el dinero bancario lo crean entidades privadas, y el Estado no puede mantener la paridad cuando existen expansiones crediticias, que siempre existen con el coeficiente de reserva acoplado al multiplicador bancario. Sin ese multiplicador, la economía se estancaría y viviríamos en un neofeudalismo donde el atraso económico, social, cultural sería notable.


Llevo tiempo consultando todas las doctrinas económicas principales y todas pecan de fallos. Analicemos brevemente las falacias y falsedades de todas.


  • Liberalismo clásico.


“Dejar hacer, dejar pasar” (a los hombres de negocios). El Estado debe existir solo para las funciones mínimas, ley, orden y defensa. Propiedad privada y libertad individual. El mercado autocorrige las disfunciones del mercado por sí mismo sin necesidad de que el Estado actúe. Competencia perfecta.


Ya se ha expuesto que el mercado de competencia perfecta solo existe en algunos casos muy concretos de poco peso en la economía total.


La crítica a la libertad individual debería superarse con las libertades colectivas (protección de trabajadores, salarios dignos, atacar el desempleo, por ejemplo, que son funciones del Estado y no pueden ser coartadas). Las leyes de la oferta y la demanda no pueden asegurar el equilibrio económico y de hecho promueve que un grupo poco numeroso sea megarico por concentración monopolística mientras la mayoría de la población se muera de hambre o tenga trabajos mal pagados (en el mundo se muere mucha gente de hambre, pensemos “globalmente”). Con estas tesis, se puede llegar fácilmente a ello, y así es como cristalizaron muchas fortunas durante el siglo XIX, de acuerdo a estas ideas gracias a la no intervención estatal emanada de las ideas de los liberales clásicos ingleses. De hecho, el sistema aplicado de las teorías liberales clásicas fueron las que permitieron la gran concentración de capitales en pocas manos durante el siglo XIX. Pensemos en que la fortuna de Bill Gates y Warrent Buffet no es nada comparable a la de los Rothschild, Rockefeller de aquella época y el poder que detentaron estas dos familias lo siguen teniendo en la sombra sin aparecer en la Revista Forbes por la diversificación de sus empresas y la obsesión por ocultarse públicamente.


El liberalismo clásico no habla de los monopolios - oligopolios que crean disfunciones en los mercados dejando fuera de juego a numerosas empresas que podrían “capitalizar” los mercados si no existieran economías de escala, inaccesibles para ciertos actores económicos. ¿Dónde está la “mano invisible”? Por tanto, su competencia perfecta es algo ilusorio y residual. Actualmente vivimos en un mundo dominado por las corporaciones que acaparan grandes sectores productivos y que dan poco trabajo en total sobre el conjunto de empresas de un país, siendo las pymes y los autónomos los que tienen el mayor porcentaje de empleados. La tendencia actual es fagocitar a dichas pymes cada vez que suceden crisis económicas para eliminar competencia y de esta forma, aumentar la cota de mercado por parte de las multinacionales, no así el empleo, que tiende a disminuir por esa maléfica distribución de los grandes emporios empresariales compadreados con la gran banca, siendo accionistas estos últimos de los primeros. Además, esto es promovido por los gobiernos que hacen pagar a las empresas pequeñas y autónomos muchos más impuestos proporcionales que a los ricos y a las gigantescas multinacionales debido a pactos colusorios inter partes que vemos a simple vista.


En definitiva, el liberalismo clásico fue un montaje ideológico preparado por economistas que dieron la llave de oro a los “listillos” de turno como Rockefeller, y cuyo mayor éxito en la vida fue reunirse con una persona que le facilitó descuentos en el transporte por ferrocarril (Vanderbilt) de su mercancía, queroseno, para luego traicionarle con otros empresarios del ferrocarril cuando le convino, lo que ocasionó que consiguiera años después el 95 % del transporte, distribución y refino primero de queroseno y luego de otros derivados de hidrocarburos en la Standard Oil, trust creado para evitar las leyes antimonopolio de los EEUU. “La competencia es un pecado, procedamos a destruirla”, afirmó de una forma grotesca, con rasgos psicopáticos propios de un engreído nuevo rico que creía que era un ser superior, cuando la casualidad de ese encuentro con Vanderbilt fue providencial para ser el dueño y señor del petróleo durante mucho tiempo, incluso después de la escisión gubernamental en 37 compañías aplicando la ley antimonopolio Sherman de 1890. Si dejamos que la “ley de la oferta y la demanda” siga su curso crearemos un mundo donde 4 superricos decidan en todo el mundo lo que haga el resto, subordinado. Y esto, no debería ser así por el bien de la humanidad. Rockefeller, a pesar de todo, hizo su fortuna de acuerdo al dogma económico imperante, libertad de mercado y no intervencionismo estatal, si bien, fue denunciado por prácticas monopolistas que ponían en riesgo al Estado.


Y es que un monopolio capitalista, se asemeja al comunismo, donde unos pocos deciden sobre los demás, aunque a priori parezcan ideas económicas totalmente contrapuestas.


  • Socialismo marxista.


“La historia ha sido de amos y siervos”, “la revolución la deben llevar a cabo los proletarios que realizarán una dictadura de los medios de producción colectivizándola”. El socialismo marxista es una falacia en la práctica, aunque tiene una construcción idealista alegórica, pero totalmente equivocada. Una revolución social en la que se intenta “robar” a legítimos propietarios de medios de producción para que sean colectivos comandados por comités del pueblo no deja de ser un nuevo robo hacia todos los ciudadanos por parte de una masa engañada que únicamente da el poder a unos ladrones – dictadores que se apropian de los recursos para beneficio propio y donde se instaura la tiranía del partido único para que esos aprovechados permanezcan en el poder y roben todo lo que puedan desde el Estado, mientras los pobres pardillos creen que de esa forma viven mejor, cuando solo reciben ataques por parte del gobierno que no les deja pensar, crear, ser personas, desarrollar sus ideas, pues van en contra de la revolución. En ese ambiente de control mental, muchas personas son estafadas de ese sistema que solo les asegura malestar, empobrecimiento económico, matanzas indiscriminadas, abusos por parte del Estado comunista. El socialismo marxista es una utopía, y el comunismo, paso intermedio según los intelectuales de esta farsa, solo ha cosechado muertes miserables, hambrunas inconcebibles, persecuciones políticas, atraso tecnológico.


Se tiene noticia que la URSS recibió intercambios tecnológicos a través de las trasnacionales estadounidenses para que no se quedara atrás en el progreso y tuviera acceso a conocimientos técnicos que le supusieron una situación de paridad también a nivel militar. Esto parece paradójico, ¿todo el gasto militar de la guerra fría para qué? Supuestamente para que el lobby militar estadounidense tuviera beneficios (¿¡) Debemos constatar hechos insoslayables: David Rockefeller pasó unas vacaciones en la URSS en 1964 y viajó a la China de Mao en 1973, retratando a la vuelta un régimen muy eficiente, seguramente agradecido por haberle dejado instalar allí la primera banca extranjera, la entonces Chase Manhattan Bank. Además, Rockefeller confraternizó con Castro (hizo acuerdos económicos con sus empresas para que fueran respetadas) y con muchos dignatarios asesinos de la libertad de los pueblos, y es que para él “hacer negocios era más importante que la libertad y la estabilidad de los pueblos”. La diferencia entre un ultracapitalista y un ultracomunista queda retratada: son lo mismo, desean el poder a toda costa. Los primeros, detentando su poderío económico que solo se logra corrompiendo a los gobiernos de todo tipo, incluido los comunistas.


Se sabe que la financiación de la revolución comunista de 1917 fue producida fundamentalmente por banqueros alemanes de Wall St., si bien, Paul Swift (principal banquero financista) era gerente de los Rothschild. ¿Cómo ultracapitalistas megaricos podían financiar semejante revolución de comunistas? Todo tiene una explicación y Anthony Sutton lo explica muy bien en su libro. Es sencillo. Rusia era un país cerrado a la entrada de capitales debido a su monarquía absolutista feudal. Si algún banquero participaba en la causa, tendría derecho de entrada allí para disponer de “propiedad privada de recursos” (como el petróleo) mientras el país era colectivizado incluso para los campesinos. Rockefeller (entre otros) pudo explotar recursos petrolíferos de Rusia en un país colectivizado. ¿Se da cuenta de la falacia de la historia? Además, los banqueros alemanes de Wall St. deseaban que su país ganara la guerra, pues, aunque estaban en EEUU y fueran judíos jázaros (gente no de raza semita que provienen genéticamente de Jazaria, país que se convirtió al judaísmo), se sentían alemanes y eran enemigos del zar. Además, cuenta la historia que todos los reyes de Europa se habían plegado a las exigencias de los Rothschild de introducir un banco central de su propiedad excepto un zar ruso después de las guerras napoleónicas. Por tanto, Rusia era un objetivo a batir por la plutocracia para ampliar negocios y lo fue para muchos campesinos que vieron con Lenin la confiscación de sus tierras para dárselo a los pobres (léase para los mandamases del partido comunista) y con Stalin pudieron apreciar las purgas donde se mataba gente simplemente para que la gente obedeciera ciegamente al régimen y donde se mató de hambre a varios millones de campesinos ucranianos robándoles las cosechas y dejándoles morir con total impunidad. Un régimen de asesinos financiado por los plutócratas para su propio beneficio personal, a costa de millones de personas que fallecieron o tuvieron que soportar un régimen de locos.


Recuerde siempre esta frase: el comunismo marxista es la sociedad ideal para la plutocracia, pues ellos se mantienen en la cúspide invisible del poder, mantienen el control total de la población mediante sus “gerentes” (los amos del partido comunista) y si esta sociedad fuera llevada a cabo a nivel mundial, volveríamos a una época del feudalismo totalitario, que es lo que se pretende con el “nuevo orden mundial”, donde los superricos se sentirían seguros de un aparato estatal que solo les serviría a ellos y donde la pobreza y el hambre del resto, sería indiferente a estos psicópatas. Eso es lo que intentan: el dominio total sobre la humanidad. Y lo realizan trasladando el centro de poder a China, país totalitario-fascista, para desarbolar la Democracia y que el neomercantilismo chino que chantajea a empresas occidentales, realizando dumpings indecentes y copiado de productos con un fuerte proteccionismo sea "combatido" por occidente mediante librecomercio, libre para la introducción de mercancías extranjeras y arruinen millones de empresas en todo el mundo, sin protección ante el crecimiento chino de exportaciones sin control gracias a los mayores rendimientos en las inversiones de aquel país.


  • Keynesianismo.


La doctrina de Keynes se basa en el supuesto político benefactor que controla el Estado mediante el intervencionismo sobre la demanda agregada para evitar las crisis a través de la política fiscal y la acción de todo tipo de obras públicas para disminuir el desempleo y equilibrar la economía. Con las ideas de Keynes se creó el “superestado”, algo que se intentó soslayar a partir de los ’70. No está demostrado que las políticas keynesianas de F. D. Roosevelt condujeran a la recuperación de EEUU. Es más, en 1937 hubo otra recesión. Solo la II Guerra Mundial acabó con la crisis. Lord Keynes tuvo un fallo: no vio la repercusión del excesivo apego al Estado. La emisión del dinero por banqueros privados, en pocas manos, hace que la economía esté dirigida, no por gobiernos, sino por potentados financieros que manejan los hilos desde los tipos de interés y dan prioridad a sus empresas y conglomerados bancarios para maximizar sus beneficios a espaldas de la gente. Mientras, una pléyade de funcionarios y políticos, adscritos a los ideales de los plutócratas, dirigen la nación desde la política monetaria, donde algunos asientos son ocupados y designados por políticos, cuando todos son parte de la trama de manejar el estado para sus intereses. Lord Keynes fue un economista monocolor que solo vio el tránsito del laissez faire a la debacle de la Gran Depresión de 1929 y aplicó unas recetas que bautizó como "Teoría general...", creyendo haber creado la doctrina “perfecta”, que no fue. Si se le atribuye el origen de la macroeconomía, es inconcebible como, dando la importancia que le dio al Estado, no se diera cuenta que los políticos no son tan buenos gestores como creía (quizás observando a Churchill en aquellos tiempos, donde aún existían estadistas, verdaderos hombres de Estado). Es inconcebible ese error de bulto de uno de los más grandes economistas de la historia. El Estado, por supuesto que tiene que jugar un papel importante en la economía: reducir la burocracia, los puestos elegidos a dedo, el número de políticos y funcionarios, el capitalismo de amiguetes (entre gobernantes y lobbies). Por cada “funcionario” que deja de trabajar en el sector público, se ganarían varios puestos en el sector privado al bajar el nivel de impuestos a las clases medias y bajas, que son las que pagan impuestos de verdad, como todos sabemos, pues los ricos eluden los pagos, como bien afirma Warren Buffet. El Estado debe ser soberano en el manejo de la política monetaria, como lo es a través de la Banca Central, quien debe manejar los tipos de interés.
La "paradoja del cristalero", es una arrogancia intelectual, pues si se rompe un cristal, se benefician muchas personas en la economía, pero la persona que ha sufrido la rotura del cristal ha tenido una pérdida.

El gasto, en tiempos de crisis, es un despropósito para familias, pues cuando sucede una crisis, es cuando se debe ahorrar, precisamente porque existen menos ingresos o incluso desempleo, otra cosa es la acción de la demanda agregada como política económica para estimular la economía mediante inversiones de gran valor añadido. En tiempos de la Gran Depresión quizás la inacción de los 3 años del presidente Hoover, paralizó la economía hasta hundirla del todo, y luego las recetas del New Deal de Roostvelt, quizás llegaron algo tarde. Eso nunca se sabrá. Por otra parte, se debe tener en cuenta que la Edad de Oro del Capitalismo, tras los acuerdos de Bretton Woods en 1944 y hasta 1973 con la 1ª crisis del petróleo fue un escenario donde la teoría keynesiana funcionó pero el arquitecto de los acuerdos no fue Lord Keynes sino Harry D. White, un americano.
Los logros de la Edad Dorada del Capitalismo no se cuestionan, pues supuso un 5 % del PIB mundial y una duplicación de la riqueza cada 20 años en occidente (lo más próspero en épocas anteriores había sido cda 50 años). Hubo estabilidad, crecimiento, alto nivel de empleo, hasta la llegada de la crisis del petróleo, donde los sindicatos no pudieron hacer una contención salarial, aumentándose el desempleo y la inflacción, período de estanflación (1973-1985), al subir el precio del petróleo. No obstante, las tasas de crecimiento empresarial y de beneficios se veían menguar debido al elevado poder sindical, sobre todo, en países como Gran Bretaña, donde se continuaban elevando los salarios y disminuyendo los beneficios empresariales.


  • Escuela austriaca.


Enfatiza excesivamente las libertades individuales, cuando la sociedad demanda libertades públicas también, como sanidad, seguro de desempleo, jubilación, policía estatal. El Estado no debe intervenir lo mínimo en economía, que es una teoría radicalmente opuesta a la teoría keynesiana. No explica una forma de corregir los ciclos económicos, aunque expone como se producen mediante la TACE, teoría austríaca de los ciclos económicos (bancas centrales privadas y sus tipos de interés), que es una conjetura desmontada por Friedman tras estudiar los ciclos estadísticamente durante dos períodos de su carrera. Ha tomado una deriva de “proposiciones dogmáticas” alejándose de las matemáticas en economía mediante la praxeología: ningún ente (agente económico) puede saber nada del mercado, se afirma. Considero esta escuela radical, significando una vuelta al laissez faire que se demostró ampliamente que no funcionó nada durante la Gran Depresión del '29. El funcionamiento de banca central debe seguir en el Estado (en esto choco totalmente con esta escuela) y que los bancos deberían tener quizás mayor coeficiente de caja que el actual para disminuir los riesgos sistémicos con una cientificación de la economía a nivel macroeconómico, ajustando el tipo de interés y el coeficiente de reserva de acuerdo a la realidad del mercado según estudios estadísticos que podrían implementarse. El error capital de esta escuela es recurrir a echar la culpa de todos los males al Estado, cuando la situación real es la de incrustación en el Estado de políticos que sirven a los intereses del dinero y de lobbies empresariales que orientan las políticas del Estado a maximizar sus beneficios con la ayuda del poder político, olvidándose del ciudadano en general, al que dicen representar... en un capitalismo de amiguetes.


  • Monetarismo, escuela de Chicago.


El monetarismo supone un antagonismo feroz contra el keynesianismo anterior. A principios de los ’70 se vivió una época en el mundo occidental con fuerte inflación y elevada tasa de desempleo con bajo nivel de crecimiento, producida mayormente por el elevado precio del petróleo que lo encareció unilateralmente la OPEP. Se conoció como período de estanflación (estancamiento e inflación conjuntos). Esta situación no estaba recogida en la “biblia” keynesiana.


Los monetaristas toman parte de los postulados del liberalismo clásico y lo adaptan a los tiempos modernos enfatizando el uso de la política monetaria para poder contener la inflación y descender la tasa de empleo aplicando tipos adecuados a través de la banca central. Se trata de una política económica que intenta disminuir la inflación sacrificando el empleo para reconducir la economía más adelante. Es un modelo que sirvió para hacer descender la inflación en EEUU, cunado en 1982 se produjo una recesión y una elevación de desempleo, para, desde 1983, acelerar el crecimiento y descender la tasa de paro, posteriormente. En sí, la doctrina económica preconiza la no intervención estatal, pero a la hora de la verdad, los diferentes gobiernos occidentales han aplicado políticas intervencionistas en mayor o menor medida. Un acierto político fue la disminución de los impuestos, si bien, se aplicó mayormente a la plutocracia, lo cual hizo acrecentar la desigualdad entre ricos y pobres y el deterioro del Estado del Bienestar. La práctica del monetarismo en los países por parte de los gobiernos podría decirse que es el neoliberalismo y sus efectos más perniciosos son la mayor preponderancia de los sectores bancario e inmobiliario y el aumento espectacular de la deuda soberana por la libre flotación del dólar y la libertad de emitir billetes por parte del Sistema de Banca Central a costa de empobrecer al ciudadano, debida a los porcentajes bajos de coeficientes de reserva bancarios, más que a los tipos de interés, que acrecientan los riesgos de pánicos bancarios, como el producido en la Gran Recesión de 2008. Fallos graves achacados a esta ideología económica son: desregulación financiera que ha posibilitado el derrumbe financiero en 2008; según la propia doctrina, la capacidad de realizar ajustes macroeconómicos es fundamentalmente obra de la política monetaria y no la intrusión de los gobiernos en la intervención plena en la economía. Esta ideología económica logro el cortocircuito de la banca en 2008, pero las recetas para lograr la recuperación fueron mejores que las aplicadas en el crack de 1929, pues los economistas tenían más experiencia para acometer enmiendas a la coyuntura. La aplicación de las políticas monetaristas podría decirse que son “clasistas”: benefician a la plutocracia junto a los políticos corruptos vendidos a sus intereses y hace que la clase media se vea apocada. Además, comparte la idea de la globalización que consiste en que los grandes capitales desplazan y deslocalizan fábricas libremente, sin importar si los países respetan derechos humanos, producción de calidad o contaminación medioambiental, de acuerdo a la obtención del máximo beneficio individual a los dueños y accionistas con lo que se destruyen puestos de trabajo en el mundo occidental a costa de realizar inversiones en otros lugares por el menor coste de la mano de obra, lo cual resulta en un retroceso en el bienestar social conseguido hace décadas en nuestras democracias liberales occidentales y daña al unísono a los trabajadores locales receptores de las nuevas fábricas pues sus salarios son generalmente esclavistas o de mera supervivencia. Como contrapartida, países como China se han beneficiado de la inversión extranjera y han logrado modernizarse y capitalizarse. Cuando ese país logra un nivel salarial un poco más aceptable para la masa laboral, nuevamente la empresa se deslocaliza a otro país aún más pobre, no logrando mejorar el nivel de vida de ese país, por lo que las grandes empresas con la globalización han conseguido enriquecerse groseramente mientras no han ayudado a enriquecer a las poblaciones locales para que salgan de su pobreza y su malestar y han contribuido a erigir al nuevo Imperio Chino, dispuesto a exportar autoritarismo totalitarior dirigido por el Estado chino, con merma en la libertad de sus ciudadanos, que va en contra de la libertad pregonada. El neoliberalismo persigue un capitalismo depredador con el slogan de la ley de la selva, donde el pez más grande se come al más pequeño y para ello el Estado debe ser servil a la plutocracia, a las grandes multinacionales, adecuando las políticas fiscales para que paguen más impuestos los obreros y los técnicos que los grandes directivos y los plutócratas, que eluden tal carga impositiva vía legislación estatal favorecedora (para eso sí interviene el Estado) o acuerdos con bancos y cuentas en paraísos fiscales, lo cual supone un fraude fiscal por evasión de impuestos tolerado entre las altas esferas, pero no perdonado al ciudadano de a pie quien paga la totalidad de los impuestos abusivos para ellos.


  • Teoría de las expectativas racionales.


Se basa en la falsa hipótesis de que los agentes promedio del mercado tienen opiniones racionales para actuar en la economía de acuerdo al conocimiento de situaciones pasadas o señales del mercado. Es todavía más crítica con la intervención estatal, en el sentido que afirma que no debe interferir nada, al igual que lo afirmaba el liberalismo clásico. Esta teoría está igualmente defendida por la plutocracia pues subyace en su mensaje que, por ejemplo, en situaciones de negociación entre patronos y trabajadores, estos últimos cederán ante la presión de aquellos debido a la no existencia de pleno empleo, lo que otorga más poder a los empleadores y una transferencia de riqueza desde las clases más populares hacia las más ricas a medida que se sube en el escalafón monetario. Cuando un cliente va a un banco y firma una hipoteca con trampas, ¿el cliente es conocedor de la expectativa racional de dicho acuerdo? En la realidad existe en el mercado agentes que conocen muy bien desempeñar su papel para velar por sus intereses y en una economía depredadora y materialista, el conocimiento está en pocas manos. Incluso la nueva tecnología de HFT (negociación de alta frecuencia en la compra/venta de acciones bursátiles) ha convertido a los antiguos y experimentados brokers en dinosaurios sin capacidad para operar ante este tipo de herramientas, aunque siguen trabajando en el mercado como pueden ante tal competencia desleal basada en algoritmos matemáticos con un millón de operaciones por segundo. Por lo tanto, esta teoría se sustrae en falsedades basadas en empirismo pseudoestadístico.



En resumen, después de analizadas todas las principales corrientes económicas vemos que NINGUNA sirve para la realidad económica de todos los agentes económicos: ricos, clase media y pobres. Todas están empozoñadas en demostrar argumentos y contraréplicas pero ninguna soluciona el problema de la economía que para mí es así de simple:


“un sistema económico debe servir a la sociedad en general en base a un capitalismo productivo más que rentista-parasitario basado en deuda de la actual economía FIRE americana, alejada de la actividad industrial (PIB indsutrial bajísimo en comparación a la Etapa Dorada del Capitalismo), no a individuos y la libertad colectiva de tener trabajo y pan es superior a la libertad de unos elegidos que se hicieron o hacen ricos no necesariamente de forma ética”.


Por lo tanto, ¿qué definiría un sistema económico que persiguiera el bienestar de la mayoría de ciudadanos, sabiendo de antemano que es imposible el igualitarismo económico (siempre habrá ricos y pobres)?


1) Sobre los Estados.


Los Estados deben de existir. Un Estado mundial, tal y como se preconiza en algunos medios, sería un ente burocrático planificador de corte nazicomunista donde solo se beneficiarían los ricos pertenecientes a la gran plutocracia. Los Estados deberían manejar la política monetaria, emitir la moneda, con banqueros privados pero con controles estadisticos sobre la Banca Central, su tipo de interés y su coeficiente de reserva para optimizar a los ciudadanos y empresas. Debería no inmiscuirse ningún gobierno en el órgano de la política monetaria que estaría encabezado por un banco central público regido por empleados públicos tecnócratas sin injerencias de políticos.


La política monetaria sería transparente al gobierno y a los ciudadanos y seguiría directrices de perseguir la inflación (emisión o retirada de billetes según se precise) y no existiría préstamo a interés del departamento del tesoro hacia el Estado, si fuesen organismos independientes, que solo sirve actualmente para lucrar a los plutócratas a costa de succionar riqueza real de los trabajadores y empresas más pequeñas. Si el Estado se financiase a coste cero a través del BC, los bancos privados trabajarían con empresas y ciudadanos y el Estado al controlar su política monetaria sin injerencias plutocráticas, los países progresarían. Tenga en cuenta que la mayor emisión de dinero por parte de las bancas centrales en préstamos al Estado a interés crea deuda y también inflación (el dinero vale menos cuando es excesivo) y es precisamente uno de los objetivos que dice controlar...


2) Sobre la globalización.


Respecto a la mundialización o globalización cabe decir que solo ha servido para satisfacer los intereses de la gran plutocracia económica, no habiendo importado la desertización industrial en ciertas áreas occidentales ni el bienestar de la mayoría. Sí que es cierto que, gracias a la apertura de mercados de capitales y financiación y deslocalización industrial se han logrado capitalizar países como China, pero aplicando librecomercio por parte de occidente contra proteccionismo y "trampismo" por parte de la China neomercantilista. Esta globalizacion ha sido perpetrada por políticos corruptos comprados por la gran plutocracia internacional con el engaño de que era benéfica para el intercambio entre naciones. Por tanto, es urgente revisar los acuerdos de la OMC y los tratados bilaterales entre países, frenar la deslocalización de empresas haciendo que los gobiernos impriman impuestos, aranceles, trabas aduaneras y vigilancia en fronteras, por realizar este tipo de prácticas depredadoras de las grandes empresas y se vigile que las mercancías fabricadas fuera de nuestra órbita occidental carguen con la sobretasa por contaminación, no producción de calidad de acuerdo a nuestros estándares o explotación laboral. Los trampeos de dumpings deben ser abortados y enseñar a los tramposos las reglas del juego. La única forma de que exista un auténtico librecomercio es cuando se den las circunstancias de paridad salarial, derechos humanos, contaminación ambiental y normas de producción adecuadas. Esto solo es factible con una única moneda mundial (luego se explicará). Un gobernante debe servir a su país y no a intereses plutocráticos de capitalistas que invierten capital donde le es más rentable. En ese sentido, el gobernante debe aplicar medidas para mejorar su país y no alinearse con los intereses de la clase económica dominante.


2) Sobre la moneda universal.



Se debe desarrollar una moneda universal, a nivel mundial, respaldada por todos los Estados del mundo. Debe ser dinero fiduciario, pues el respaldo en oro no ha funcionado en los breves lapsos de tiempo cuando se ha constituido. La ventaja es que no habría corrientes especulativas como la de Soros que hundió la libra esterlina en 1992 y produjo tres devaluaciones consecutivas de la peseta en tiempos del ministro Carlos Solchaga y el presidente Felipe González. Para que un sistema fiduciario de dinero universal funcione, es necesario que cualquier tipo de pago fuera de él sea no consentido. Lo mejor es idear un sistema en el que el pago se realice sobre cuentas electrónicas y el dinero físico desaparezca. Es una forma de que el fraude fiscal, no exista y no se originen fugas de dinero que perjudican a todos con monedas trampa. En mi opinión, las nuevas monedas electrónicas tipo bitcoin son una estafa tipo Ponzi, además que encubren transacciones que son muy dificultosas de seguir y donde, probablemente, se lavará dinero de narcotráfico, terrorismo y fraude fiscal.


Una moneda universal tendería a igualar salarios, rentas entre naciones, alcanzando lenta pero progresivamente el equilibrio si se mantiene la política gubernamental de penalizar a los empresarios que deslocalizan empresas que es algo que nadie ha hecho pues la plutocracia dice que "el Estado no debe intervenir", mas yo creo que lo debe hacer por la mayoría de la población y no por el beneficio de 4 engreídos rentistas del Estado a través de su concepto de libertad maniquea. Debería de darse la circunstancia de que, si un país negocia con otro, éste debería obligarse a intercambiar con el otro por una cantidad similar, no necesariamente en un año, pero sí en un período de 5 años (por ejemplo) y por ley internacional, el país que se encuentre en desventaja comercial tras el período de intercambio, recibir las divisas correspondientes finalizados esos años. Es otra forma de alcanzar equilibrios comerciales con LEY. Si se quiere participar en negocios bilaterales entre Estados, se debe atener a acuerdos comerciales sanos, que sería una forma de equilibrar las naciones.



3) Sobre la anulación de las deudas estatales.


Si el Estado es capaz de fabricar el dinero para autofinanciarse sin intereses mediante compartimentos estancos entre el Tesoro y el gobierno, no necesita de intermediarios que les carguen deuda, que pagan todos los ciudadanos y empresas. Lo más alevoso de estos préstamos dinerarios al Estado, que suelen ser mediante bonos, es que mientras la banca central suele prestar a los bancos con un interés bajísimo, al Estado se le realiza el préstamo a un interés elevado y quien lo paga son los ciudadanos y empresas. Por lo tanto, toda la deuda que poseen los Estados con los bancos debería ponerse a cero y comenzar con un sistema robusto que posibilitase la no vuelta al endeudamiento con bancos jamás. En una palabra, los bancos tendrían prohibido prestar al Estado y la BC debería ser la que prestara al Estado dinero sin intereses para no cargar deudas sobre los "accionistas" del Estado que son los ciudadanos.



4) Sobre los bancos comerciales y su coeficiente de reserva estadísticamente tasado al mercado.


Se debe implementar el funcionamiento de los bancos comerciales con reserva estudiada estadísticamente dentro de la BC. Todos los depósitos de los clientes deben estar respaldados totalmente por el Estado y para ello debe de constituirse un porcentaje de reserva adecuado para mantener una expansión económica estable sin dientes de sierra. El banco privado tendrá una mayor dotación de reservas que la actual para evitar riesgos sistémicos de crisis y su gestión correrá a cargo de los accionistas, en el sentido que, en caso de quiebra, el Estado podrá quedarse con los activos, pero los accionistas pagarán de su dinero el coste de la quiebra, pues son los propietarios, y los que han llevado a la entidad a la quiebra. Esto incentivará que el dinero esté produciendo activos de la economía productiva, al decrementarse la expansión crediticia con el aumento del coeficiente de reservas, encaminado a optrimizar las políticas de empleo, creando empresas y empleo que produzcan bienes y servicios en la economía real. La economía especulativa rentista - parasitaria o de casino propia del capitalismo financiero neoliberal debe acabar. Muchos directivos bancarios se deberían dedicar a producir bienes y servicios en otros sectores, que es en esencia en lo que consiste el CAPITALISMO. La máxima rentabilidad del capitalismo hace que haya menguado la gente que invierte en fábricas en occidente, tras las deslocalizaciones a otros países de costes laborales ridículos. Debe existir ley en el Estado para poder revertir eso por el bien de los ciudadanos y de los propios empresarios que van a ver, dentro de poco, que la gente no compra sus productos pues el Estado Chino con sus empresas, produce por debajo de costo, y sus productos son más atractivos dada la depauperización de las economías occidentales.


5) Sobre el perfeccionamiento de la democracia (sin esto no se puede dar ningún punto señalado).


Ahora entramos en el terreno político, pues si no se cambia el sistema de “democracia” actual, la corrupción, el nepotismo y el “capitalismo de amiguetes” no podrá remediarse este sistema económico fallido. En Atenas hace unos 2.500 años se creó la DEMOCRACIA (con mayúsculas). Lo que existe ahora es un sucedáneo adulterado. Los hombres atenienses se aseguraron un período de varios cientos de años de gobiernos que evitaron a los tiranos. La forma fue muy fácil: incluir solo a los aptos para gobernar y sortearlos. Esta es la mejor forma de gobierno. El partido político supone un poder excesivo a un grupo de personas, los cuales entran en él sin demostrar ni habilidades ni capacidades, pero de acuerdo a su locuacidad dialéctica de “fachada intelectualoide” o trepismo pelotillero pueden llegar a ser elegidos como candidato a gobierno.


Existen muchas imperfecciones dentro de un partido, al menos en España: votan todos lo que dice su jefe de partido (por fidelidad), llevan años de camaradería lo que puede conducir a establecer contactos con lobbies una vez en el poder y no se asegura la competencia ni aptitud de los políticos salidos mediante votación electora y ni siquiera representan a demarcaciones territoriales (lo del Senado no funciona). Por lo tanto, debería existir un sistema que evaluase la candidatura de los ciudadanos que quieran ser políticos, sin adscripciones políticas de partido y que una vez fueran sorteados, se dedicaran a gobernar para el pueblo (no para ellos mismos o las empresas que les han apoyado).


Este sistema ayudaría a que, una vez rellenados los nombres de los políticos sorteados en todos los niveles políticos (administración central, diputación provincial y ayuntamientos, pues las autonomías españolas deberían ser desmanteladas), estos no tendrían por probabilidad vinculación alguna y cuando se debatieran asuntos políticos se realizaría de acuerdo a criterio personal, no el del partido que es excluyente, convenido y contrasentido (no es lógico que cuando el PSOE de Felipe González cambió de chaqueta sobre el referéndum de la OTAN, Manuel Fraga, líder de AP pidiera el “no” simplemente por ser la oposición, cuando su ideología era más propia que el partido en el poder para el “sí”).


Un gobierno tecnocrático a todos los niveles sin partidos disminuiría la corrupción. Además, debería poder dejar al pueblo que cada 6 meses (creo la cifra lo más correcta) evaluara la actuación de sus gobernantes para así evitar la justificación de algunos políticos listillos mentirosos en sus programas electorales que tras cambiar sus políticas nada más llegar al poder adujeron que “a ellos los ha elegido el pueblo por 4 años”. Y se puede hacer, para eso tenemos internet. No se puede permitir que un presidente de gobierno que solo sigue las directrices de los plutócratas y sus allegados políticos destruya un país con mentiras que son las que le han llevado al poder. Sobran promesas políticas en un sistema sin partidos políticos y falta voluntad de gobernar para el pueblo.


Eso es Democracia y no la existente en España actualmente, donde ni hay separación de poderes ni jueces capaces de juzgar a tanto delincuente político, bien porque son elegidos por los propios políticos bien porque carecen de las herramientas y los tiempos adecuados para ello quizás frenados por la propia burocracia gubernamental que lo promueve para que el poder ejecutivo tenga preeminencia. La separación de poderes en un Estado es ELEMENTAL para el buen funcionamiento de la Democracia.


6) Las doctrinas económicas benefician TODAS a la clase plutocrática, luego hay que inventar la nueva economía.


Las doctrinas económicas sirven para economistas de gabinete. Soy ingeniero industrial, pero tengo conocimientos de economía suficientes para saber que todas estas patrañas que se ha ido vertiendo a lo largo de la historia desde después del mercantilismo solo han servido para que la plutocracia crezca inconmensurablemente mientras la clase media, si bien se desarrolló en el período de vigencia de Bretton Woods, no fue debido a las medidas keynesianas de intervencionismo estatal sino a la justicia fiscal de pago de impuestos de la clase rica que era de más del 90 % en EEUU a finales de la II Guerra Mundial y llegó con Reagan a bajar del 70 al 24 %, siendo un error económico garrafal: la carga fiscal no puede recaer en las clases medias pues entonces decae el consumo y la economía. Es más, incluso el comunismo sirvió para que los grandes capitanes de la industria y de la banca, establecieran vínculos con la URSS para lucrarse mientras los campesinos eran expropiados de sus tierras, lo cual hace ver claramente que nos han estafado con el comunismo: es otra de las herramientas de la plutocracia para encontrar mano de obra más dócil y barata. Mientras los estados se desangraban en guerras absurdas como la de Vietnam, Rockefeller estaba parlamentando con el criminal Mao para instalar allí sus bancas y alertarle de la planificación china de hijo único, pues según los plutócratas sobramos aproximadamente el 80 % de las personas del planeta (¿no serán ellos los que sobran?) según la tesis malthusiana ridícula que ya fue ampliamente contrastada como falsa hace ya un siglo.


Conclusiones.


En definitiva, la libertad individual de los clásicos, la teoría neoliberal de la escuela austriaca y parte de la teoría monetarista de desregulación y de la teoría de las expectativas racionales es una majadería que sirve a los ricos para justificar una mayor desigualdad que se va acrecentando cada vez más.


El mundo está gobernado por una plutocracia a la que los ciudadanos de a pie les importamos un carajo. El Estado ha perdido poder y es el garante del Estado del Bienestar. Ningún empresario va a abogar por relanzar dicho estadio anterior, porque va contra sus intereses de ganancia y rentabilidad. El Estado es el Estado, la empresa es la empresa, y el político no debe ser influenciado por el empresario. Los banqueros privados se introdujeron en los gobiernos a través de sus bancas privadas pues un banco si presta al Estado, siempre cobra. La banca es necesaria, epro quizás la economía se ha banquerizado debido a coeficientes de caja muy bajos. En EEUU en el siglo XIXZ hubo períodos en que los coeficientes de caja mínimos eran del 25 %. Antes de la Gran Recesión de 2008, los coeficientes de reserva estaban entre el 0,5 y 1 % en EEUU. Quizás el gran fallo de la economía está ahí.


En definitiva, los ciclos económicos son originados por el instrumento del tipo de interés y el coeficiente de caja de la Banca Central que crean ilusiones en los inversores y ciudadanos, engañando sobre la situación, descoordinando la economía para lanzarla hacia un exceso de crédito acabando en la ruina de miles de empresas y ciudadanos, que pierden su riqueza en favor de los bancos, catalizadores de esa transferencia de los menos ricos hacia los plutócratas. Si la banca central estuviese tasada estadísticamente con un control sobre esas dos variables e impulsando la optimización del empleo, entonces, tendríamos una economía más saneada. Y si el Estado se financiara gratuita o simbólicamente, como lo hacen los bancos, mediante la BC, el Estado no tendría que recurrir a préstamos de bancos privados. Y de esta forma, la deuda de los Estados se reduciría ampliamente.


Descrita la solución e ideados los remedios tan solo hay que esperar que alguien aplique definitivamente la solución final al caos económico y financiero para que la plutocracia no sea la que esté incrustada en los estados como un virus parasitario que succiona de los contribuyentes para hacerlos día a día más pobres. En el mundo, el que debe de mandar es el ciudadano a través de gobiernos que tengan la capacidad y las herramientas para desmontar un sistema económico que nos está llevando a la ruina poco a poco.


Sirva este escrito para alertar al lector sobre los peligros que padecemos gracias a los instrumentos que funcionan solo para la plutocracia engreída y heredada que no posee ni mérito ni destreza. Se han mostrado las formas fáciles de hacer que los gobiernos sean democráticos de verdad y el dinero sea canalizado desde el Estado y no por personas que tienen intereses creados en su continuo y exponencial enriquecimiento a costa de nuestro empobrecimiento general.


Nota a 14/05/2023: Que una banco central preste sin interés al Estado acarreraría también problemas serios, pues entonces el Estado tendría menor límite para el gasto y tendería a realizar mayores partidas presupeustarias inútiles e improductivas. El interés del dinero también ejerce una presión a las inversiones. Si el dinero prestado sale gratis, tasado únicamente a la inflación interanual (ese interés siempre debería existir), sería un préstamo deflactado. Lo que debería hacer el BC es financiar directamente al Estado al mismo interés que a los bancos privados, y desconectar a los bancos privados de los Estados en sus préstamos. Es decir, lo bancos privados tendrían prohibido prestar a instituciones estatales.
 

Un banco privado es una institución financiera con un balance muy peculiar, pues la mayoría del capital que posee es deuda, precisamente por el coeficiente de caja que impone la banca central. La mayoría de empresas poseen deudas por financiación que mide el apalancamiento, es decir, la relación entre el capital propio + el financiado. Cuanto más capital posee una empresa mediante crédito, mayor apalancamiento tiene, que no es positivo, si en el transcurso, aparecen problemas. Algunas empresas en España como Inditex, Técnicas Reunidas, Mediaset, solo funcionan con capital propio, es decir, su capital financiado es cero. Por lo tanto, son empresas totalmente saneadas.

Si un banco de inversión estadounidense durante la crisis de las subprime tenía un coeficiente de caja del 0,5 al  1 %, quería decir, que su capital propio venía a ser en torno a esa cifra, en relación a la cantidad de préstamos concedidos, que representan un apalancamiento excesivo. El sistema bancario juega conque no todos los clientes van a retirar los depósitos, pero sus cuentas están muy poco saneadas. Cuanto menor es el coeficiente de caja la política monetaria tiende a dotar de mayor liquidez a un Estado, es decir, los bancos pueden prestar más dinero a particulares y empresas. Quizás una crítica al período de Gran Recesión del 2008 debiera ser que ante la espectacular expansión, el BC de cada país occidental debería haber elevado algo dichos coeficientes para frenar la excesiva liquidez y préstamos tan desorbitados, pues en una recesión es cuanto la política monetaria debe disminuir los coeficientes de caja para avivar la economía. sin embargo, se partía de unos valores de superexpansión realmente ultrabajos.

El multiplicador bancario se basa efectivamente en la capacidad de expansión de una economía gracias a la concesión de préstamos bancarios (créditos y préstamos hipotecarios) o empréstitos y otorga liquidez o restricción del crédito cambiando su valor. Sin embargo, un coeficiente de reserva muy bajo implica un apalancamiento excesivo durante etapas muy expansivas que pueden llevar a una caída generaliza de bancos y quebrar si un número no muy excesivo de clientes retiran la confianza en el banco al mismo tiempo o se frena en seco las inversiones porque muchos inversores entran en quiebra. 

Estudiar el coeficiente de reserva por parte de políticos en el cargo de gobernador del Banco Central y dejarlo a la arbitrariedad de las cábalas no es una buena solución para la economía.

Lo correcto sería ajustar las dos variables principales de la banca, el interés y el coeficiente de caja e indexarlas al mercado de acuerdo a un programa de optimización matemática a nivel macroeconómico, como ya he citado en este blog, mediante técnicas estadísticas que proporcionaran el valor del tipo de interés y el coeficiente de caja optimizado, por ejemplo a otra variable macroeconómica, como puede ser el nivel de empleo.

lunes, 5 de agosto de 2013

El error de la praxeología en la Escuela Austriaca de economía.

 

Indudablemente existe algo que no me parece coherente en la Escuela Austriaca y es la negación a que se pueda estudiar la economía desde un punto de vista matemático. Esto se conoce como praxeología.

 

Los clásicos del siglo XVIII estudiaron las ecuaciones económicas fundamentales suponiendo que las variables económicas estaban dadas y en el estudio del problema se conocían y eran inmutables en el tiempo del estudio. El error fue simular el mercado en un escenario de competencia perfecta o causiperfecta. Este escenario pudo ser observado en el ambiente coetáneo a la revolución industrial donde muchas empresas competían sin existir grandes corporaciones fruto de las fusiones y absorciones posteriores. Está claro que las tesis clásicas no son aplicables ahora. Marx criticó la plusvalía y dijo que existía una explotación del burgués, cuando el capitalista realiza una inversión para fabricar algo y necesita de mano de obra, a la que no le va a pagar el resultante de toda su ganancia a repartir entre todos, pues los trabajadores no son propietarios, son asalariados y no corren con los gastos ni costes inherentes a la empresa. ¿Existe la teoría de la explotación? Es cierto que el capitalista obtiene más beneficio que los salarios que paga, pero no podría ser de otra manera. Supongamos un aprendiz de agricultor que siembra árboles y según pasa el tiempo observa que no crece ninguno, se les ha muerto todos porque no debió plantarlos bien o su técnica no es adecuada. ¿Para qué sirvió ese trabajo? Fue totalmente improductivo. Supongamos ahora que el Estado tiene como cometido contratar a gente en una empresa estatal con unos buenos salarios. Los jefes no reprenden a los malos trabajadores, quienes rinden al mínimo, pues no tienen incentivos por producir. Sin producir y sin rendir, no se obtiene ningún fruto y la empresa deficitaria sigue año tras año obteniendo subvenciones del Estado hasta que, tras 10 años de pérdidas continuadas, se cierra la empresa y a la gente se la jubila con unos buenos salarios. Si no se ha producido ni extraído beneficio, ¿de dónde sale la riqueza para pagar? De ninguna parte, al final, ese Estado colapsará porque no existen incentivos, ni ganancias, ni medios para obtener dinero, solo para gastarlo. Eso descrito es el comunismo en la práctica, una máquina de crear pobres y empresas deficitarias, menos los elegidos por el Estado, miembros del Partido Comunista que se hacen ricos a costa de no hacer nada más que mandar sobre los demás mediante una dictadura.  La plusvalía es un birlibirloque de Marx, realmente una entelequia, un sofisma. Si mediante una empresa a través del capital invertido y los usos de los factores productivos y humanos se transforma una materia prima en una mercancía para vender en el mercado, la diferencia entre lo adquirido en un origen y lo obtenido en la transformación no puede repartirse a partes iguales entre los trabajadores pues ellos solo ofrecen el factor trabajo, pero no los factores capital (fábrica, dinero,…) ni de producción (máquinas, instalaciones,..). Por lo tanto, a pesar de ser cierta la teoría de la explotación marxista que se da porque el empresario ejerce un poder sobre el trabajador, por ser su asalariado (modernamente, la explotación ha dejado de tener ese sentido salvo que el trabajador esté en unas condiciones anormales y perjudiciales en el puesto), es claro que la crítica marxista de la plusvalía no tiene fundamento alguno y va en contra de la realidad, en cuanto que los trabajadores no han dispuesto ni de capitales ni de factores productivos en la empresa. Por lo tanto, el beneficio o conjunto de plusvalías por todos los bienes o servicios ofertados y vendidos, es el acordado de acuerdo a la resta del coste de salarios según los acuerdos tomados entre trabajador y empresa. En una empresa capitalista todos ganan, lógicamente el dueño más cuando vende y obtiene beneficios, pero también menos cuando tiene pérdidas y debe pagar las nóminas de sus trabajadores.

 

Alguien que crea una empresa y paga dinero por su inversión, mantenimiento y costes siendo propietario tiene derechos sobre los bienes o servicios que genera pues de lo contrario, se arruinaría él y a los que trabajan para él. Por lo tanto, la propia naturaleza niega el marxismo por ser antinatural, pues todo trabajo, sin organización ni dirección, no puede dar fruto, salvo quizás “malas hierbas” y la dictadura del proletariado y sus planes quinquenales soviéticos significaron que se producían unos productos exageradamente y había otros que escaseaban pues no se hacía un seguimiento porque no existían en ese ambiente las leyes básicas de oferta - demanda y creación de precios ni plusvalías.

 

Las leyes de la oferta y la demanda se ajustan de acuerdo a ecuaciones simples que no se conocen en el mercado o dicen desconocerse, pero que a nivel individual, el sumatorio de todas esas acciones hacen coordinar la acción. Existen formulaciones simplistas para llegar a calcular precios según esas ecuaciones. Otra cosa es la realidad del mercado.


Sin embargo hay algo que innegablemente han olvidado en la Escuela Austriaca.

 

El mercado de valores de las distintas bolsas recoge automáticamente el índice de los valores en modo continuo. Esto es posible debido a que el sistema informatizado registra las operaciones en tiempo real. Si somos capaces de analizar de manera continua el comportamiento de un índice bursátil, también seríamos capaces de tasar el tipo de interés de la banca central sin necesidad de una Autoridad que lo expusiera cada cierto tiempo con desacompasamiento, retardo, imprecisión y opacidad. 

 

El mercado de la bolsa de valores es continuo, dinámico y cambiante. Las personas que estudian los comportamientos del mercado pueden llegar a tener ciertas probabilidades de acierto. El comportamiento estocástico de la naturaleza del problema no hace que no puedan darse condiciones de probabilidad para acertar y predecir una solución a futuro.

 

En un problema físico altamente complejo con una solución determinista puede llegarse a obtener soluciones aplicando métodos numéricos. Un ejemplo puede verse en el cálculo del tipo de interés en lafórmula de la amortización de un préstamo realizada por el autor de este blog.

 

Los bancos trabajan con tablas para saber el tipo de interés, las mismas tablas que se empleaban antiguamente para obtener las series de logaritmos, pero hoy en día sabemos que una calculadora realiza un logaritmo directamente y hace años, para obtener un logaritmo intermedio entre los de la tabla, había que acudir a interpolar… dado que los matemáticos no podían realizar el cálculo para todos los números. Por ejemplo, intente calcular a mano el logaritmo neperiano de 3,56789 a partir de los datos de una tabla, es decir del logaritmo neperiano de 3 y de 4...

 

En otro tipo de problemas físicos pueden darse soluciones empleando otros métodos como el de los elementos finitos, donde las ecuaciones diferenciales de un problema físico, al no poderse resolver de forma implícita se hace mediante datos que no recogen todo el conjunto de información del problema,  al igual que cuando se oye música en el sistema .mp3 se ha reducido la información y la música ofrece un muestreo del  archivo original .wav que suena parecido… donde se ha reducido sustancialmente el peso del archivo.

 

La economía parece ser una ciencia social, pero a pesar de que existan millones de agentes operando, se pueden extraer conclusiones mediante las investigaciones derivadas de la estadística y del método de Montecarlo.

 

Aplicando un sistema informatizado a toda la información monetaria, de trasvases de fondos, deuda estatal, financiación de un estado, se llegaría a tasar el tipo de interés a tiempo real. Una vez conocido, podrían tenerse datos históricos en lapsos temporales, pues la información del dato a tiempo real no vale para nada. De esta forma, el tipo sería fijado no por un señor con alta capacidad de predicción, la Autoridad del Banco Central, sino por el tipo que surge de las operaciones realizadas por el propio BC autoajustadas para dar información con un mínimo de retardo.

 

Además, existen métodos matemáticos de predicción, que nos pueden dar ideas matemáticas sobre el comportamiento del mercado financiero.

 

Ideé un programa para resolver problemas de procesos industriales mediante estas técnicas, pero se pueden aplicar al mundo financiero.

 

En el apartado de previsiones resuelve lo siguiente, problemas sobre previsiones temporales: medias móviles, medias móviles ponderadas, alisado exponencial (con desviación absoluta media y error cuadrático medio), alisado exponencial con ajuste de la tendencia, proyecciones de la tendencia con mínimos cuadrados, variaciones estacionales de los datos. También calcula problemas de métodos de previsión causal: análisis de regresión con error estándar de la estimación y con coeficiente de correlación. Realiza igualmente cálculos de seguimiento y control de las previsiones con señales de rastreo.

 

En una palabra, la praxeología es una negación dentro de la Escuela Austriaca a la cuantificación de las variables del mercado que pueden ser obtenidas mediante estudio estadístico de probabilidad.

 

El monetarismo de Friedman basa su formulismo en la inyección y detracción del dinero de la banca central mediante la política monetaria para controlar la economía a través del multiplicador bancario en un sistema de reserva fraccional.

 

Sin embargo, hemos llegado a la conclusión tras esta crisis que la solución de inyectar dinero para salvar bancos ha sido una medicina contraindicada y caducada, pues existen indicios claros que demuestran que el New Deal no solucionó la crisis de EEUU. Y si desde la óptica socialista se vierten esas ideas, serán más que verdad...


En definitiva, un sistema de banca central “tasado” en información real sobre sus transacciones y con transparencia sería un primer paso para realizar la revolución de la nueva escuela del capitalismo social como evolución de las tesis de Keynes, ideas que se plasmaron en el Estado del Bienestar (1944-1973), la Edad Dorada del Capitalismo, donde la macroeconomía keynesiana se orientó al máximo empleo y a la intervención del Estado, como es natural. Lo que es inconsistente es dejar al mercado libre, libre de hacer a todos los agentes los que le venga en gana, para en poco tiempo, estar todos sujetos a oligopolios y donde la clase media desaparecería y la clase trabajadora se moriría de hambre.  

 

Respecto a la Escuela Austriaca, citar que su apego por la libertad de mercado es solo para aquellos potentados en el mercado, pues sus teorías parecen realizadas para favorecer única y exclusivamente a la plutocracia. Sus teoría son inconsistentes, precisamente por negar la posibilidad de una resolución de los problemas de la economía mediante el uso de las ciencias matemáticas. Y una de sus teorías, la TACE (Teoría Austriaca del Ciclo Económico) es rotundamente falsa, pues para demostrarla se debe hacer mediante matemáticas, y la estadística ha dado la razón a Milton Friedman quien estudió en dos ocasiones distintas todas las etapas económicas desde que se fundó la FED en 1913, y detrás de esos dos estudios se prueba que no existe tal correlación afirmada en esa teoría carpetovetónica, que no tiene ningún fundamento ni sostén.

 

Actualización 18/10/2015: No soy optimista en que estas soluciones se lleven a cabo. Quizás si se pudiera de alguna forma controlar el tipo de interés de los bancos centrales con la información del mercado y no de forma arbitraria como se realiza ahora los ciclos de auge – depresión basadas en burbujas de deuda, se paliarían. No obstante, también soy pesimista en la aceptación de que el multiplicador bancario crea una exponencialidad de efectos perversos de la banca fraccionaria sintonizados con la batuta del banco central. No obstante, hacer el tránsito de una banca con reserva fraccionaria a una con reserva 100 % sería una revolución tan radical en un sistema bancario tan arraigado desde hace tiempo que no creo se pueda llevar a cabo. Es por tanto que quizás la única forma de salvar la economía mundial a futuro sería establecer un control matemático al tipo de interés de los bancos centrales, pues el poder que acapara este sistema de bancos hace inviable, entiendo, su abolición por los estados.

 

Actualización 03/03/2020: Finalmente he llegado a la conclusión de que una democracia de verdad es aquella que es controlada directamente por el pueblo. Si los partidos políticos fueran eliminados y en su lugar existirían políticos independientes que lo fueran por su mérito y se sortearan tras su estudio de capacidad por tribunales imparciales, se podría desarrollar la banca estatal, la cual podría operar sin intereses y con un sistema de reserva fraccionaria. No sería un sistema socialista en cuanto el pueblo tendría el control de los políticos. Con este sistema se separaría definitivamente el capitalismo productivo de creación de bienes y servicios del capitalismo financiero-rentista que crea distorsiones económicas graves en la economía. Se conseguiría un dinero sin deuda por intereses y al mismo tiempo, un sistema práctico para evitar desequilibrios macroecnómicos, pues el estado canalizaría la riqueza mejorando las naciones mejor que los banqueros internacionales.