El sistema bancario parece que nunca ha estado bien concebido. Ya vimos en la entrada anterior que el dinero creado por el multiplicador bancario aplicando el método de reserva fraccionaria hace que exista mucho más dinero ficticio, fiduciario, sin respaldo en ningún patrón y que solo se registra en líneas de entrada o salida de apuntes contables en los ordenadores de los bancos.
El shock de Nixon.
El dinero tenía un valor intrínseco al oro. A partir de 1971 se rompen los acuerdos de Bretton-Woods y el dinero rompe el cambio 1 dólar = 1 pieza de oro que valga un dólar, llegándose al dinero fiduciario (que no se corresponde con esa paridad de cambio), al dinero fiat (dinero que es de curso legal y obligatorio respaldado por la entidad encargada de llevar la política monetaria).
Sin embargo, vamos a matizar ahora qué sucedería con un sistema aparentemente perfecto de coeficiente de reserva 100 %. Sería un sistema de banca donde todos los depósitos a la vista y equivalentes deban ser mantenidos como en cajas fuerte, sin posibilidad de prestar contra ellos. Es decir, dichos depósitos estarían en el banco custodiados, sin poderse tocar por parte del banco ni prestar, salvo que el cliente decidiera hacer movimientos en la cuenta. Las reservas serían las que tuviera el banco de las aportaciones de los socios capitalistas y aumentarían o disminuirían de acuerdo a los resultados contables de cada año y la decisión legal o particular (dependiendo del caso) de incrementar el valor de las mismas respecto al negocio de tomar intereses sobre préstamos sobre clientes de esas reservas, y no sobre los depósitos de los clientes.
Grupo 11 Reservas del actual Plan General de Contabilidad de 2008.
Una banca con coeficiente de reserva de 100 %, aunque resulte el sistema perfecto para que no existan pánicos bancarios ni falta de liquidez ante clientes, no quiere decir que dicho sistema sea viable. Eso lo razonaremos en el próximo artículo.
Pongamos un ejemplo práctico.
Vamos a plantear dos situaciones, comparando el sistema de reserva 100 % con el sistema de reserva fraccionaria:
a) Sistema con reserva 100 %. El banco tiene unas reservas de 500.000 €. Recibe depósitos de 100 clientes a una media de 30.000 € por cada uno, por lo que en total se embolsa 3.000.000 €. El banco solo puede prestar el 16,7 % del capital recibido en depósitos dado que es lo que cubre las reservas, que son 500.000 €. El importe total de depósitos es intocable, pues no son reservas del banco. Por lo tanto es dinero esterilizado y existe liquidez absoluta en el manejo de ese dinero, como en tiempos de los orfebres.
b) Sistema con reserva del 2 %. Con los mismos datos del ejemplo anterior, el máximo capital creado a través del multiplicador m sería:
Capital creado máximo de préstamos a través de depósitos = 3.000.000 · m = 3.000.000 · (1 / res) = 3.000.000 · (1 / 0,02) = 150.000.000 €
Evidentemente, un banco con unas reservas de 500.000 €, en el caso (a) podrá acogerse a cualquier situación de impago pues está totalmente cubierto. El problema es que no tiene casi capacidad de préstamos ni de negocio. En el caso (b) el banco puede realizar 300 veces más préstamos que en el caso (a) gracias al coeficiente de reserva del 2 %, pero tiene una exposición a riesgos de impagos muy superior y que puede ser sobrepasada fácilmente con varios clientes que dejen de pagar la amortización de una hipoteca o un préstamo personal.
En definitiva, y sin extendernos, existen dos grandes diferencias en estos dos casos analizados:
Si se instalase un sistema de banca de reserva 100 %, la capacidad de otorgar créditos sería muy limitada. La única forma que se me ocurre de que un sistema así funcionase sería la existencia de múltiples bancos en competencia, con mucho menor capital social y reservas que los actuales. El incentivo de crear bancos de este tipo es que la autoridad política debería supervisar que se cumpliese el coeficiente de caja 100 % y entiendo que el negocio de banca se podría extender a muchísimos diferentes bancos y entidades financieras y cuando la operación requiriese de préstamos grandes se podrían unir en la operación diferentes bancos para, en forma consolidada y cooperativa, pudieran llegar a realizar la operación. Bajo la perspectiva de este sistema bancario, los intereses por depósito de clientes deberían tender a cero, pues de lo contrario no existiría incentivo entre los banqueros para ejercer el negocio, y por otra parte los clientes estarían seguros de que su dinero nunca se perdería por crisis bancarias. Los bancos siempre podrían prestar dinero, pues no tendrían el inconveniente de hacerlo con un sistema de reserva fraccional con riesgo. Se haría sobre el total de las reservas del banco, siempre cubiertos los impagos, pues no se usan los depósitos de los clientes para multiplicar la masa monetaria.
El sistema descrito para la reserva fraccionaria actual se basa en el convencimiento de que no todos los clientes van a retirar los depósitos al mismo tiempo, ni van a existir impagos de préstamos multitudinarios. Sin embargo, ese escenario de impagos a la banca es de todos conocidos con la actual crisis burbujista - inmobiliaria iniciada en EEUU. Por lo tanto, es algo que nos está afectando a todos, personas, empresas, empleados... El préstamo no fluye aún a las empresas pues el sistema financiero está cortocircuitado y se intenta restaurar desde un sistema de banca central que únicamente está inyectando un exceso de masa monetaria, intentado dar fluidez, pero al mismo tiempo, vamos viendo que el dinero cada vez vale menos y los tipos de interés de la FED están sobre el 0 - 0,25 %, un escenario caótico donde, unos precios tan bajos pueden haber preparado otra onda de ciclo medio que nos alcance en un futuro, con otra crisis bancaria - crediticia.
¿Quiénes serían aparentemente los perjudicados con un sistema de reserva 100 %? Los grandes banqueros internacionales, pues con este esquema, ya no sería tan suculenta su tajada del pastel mediante el sistema actual y si además, los bancos centrales desapareciesen, al no tener que realizar función alguna, pues los bancos comerciales no tendrían ningún tipo de problema de solvencia, automáticamente los grandes banqueros se focalizarían hacia las empresas, es decir, a participar en su accionariado y a reforzar la economía productiva.
¿Quiénes serían aparentemente los beneficiados con un sistema de reserva 100 %? Numerosos pequeños banqueros que aparecerían y podrían competir con los grandes, haciendo que gracias a sus irrupción en el mercado, el sistema tendría suficientes bancos e intermediarios financieros para llevar a cabo los suficientes préstamos a clientes, de tal forma que las crisis sistémicas por burbujas creadas por exceso de crédito que luego son derrumbadas cuando suben los tipos de interés de un banco central, no pudieran darse. Además, el crédito tendría la peculiaridad de que sería posible hacer sin tanto riesgo, porque las reservas siempre cubrirían al banco.
Este modelo simple resultaría el óptimo para que el sistema bancario diese créditos, no se repitieran quiebras y pánicos bancarios y los grandes banqueros internacionales se reorientaran más hacia la economía productiva, por lo que, ganaríamos todos. Para llevar a cabo este proyecto se necesita ley gubernamental que impida que las grandes ganancias de los banqueros internacionales frenen estas ideas, que evidentemente van en contra de su riqueza fácil que perjudica al 99 % de la población mundial.
Nota: este es un planteamiento teórico donde no se ha argumentado cuál sería la ganancia del banquero. ¡Y eso sería pieza clave! Si no hay beneficio o es inexistente nadie invierte. Esta forma de desarrollar ideologías económicas que parecen ser ciertas son las del estilo del libertario anarcocapitalista, D. Jesús Huerta de Soto (JHS, el mesías de la anarquía), quien dice abominar, a través de sus planteamientos, de las matemáticas en economía, abducido por la praxeología, donde a través de un intento de inquisición medieval nos intenta abstraer en un bonito cuento del que parece tener razón, después de haber escrito numerosos libros sobre la materia donde no hace ningún cálculo numérico - matemático sobre su paradisíaco e idílico mundo de banca con coeficiente de reserva 100 % y la abolición de las bancas centrales. Finalmente en el siguiente artículo se desmontarán definitivamente estos argumentos con las herramientas que nos proporciona el saber humano y no con la charlatanería, el empecinamiento y la contumacia con que hace gala D. JHS, que es un verdadero “mesías” o “predicador” de la anarquía, pues defiende la destitución del Estado y la abolición de las bancas centrales y el establecimiento de banca con reserva 100 %. Reitero que en el siguiente artículo se desmontará toda esta farsa ideológica que solo pueden pensar 4 iluminados que no tienen el suficiente conocimiento matemático para llegar a conclusiones serias a través de ecuaciones simples, que incluso un chaval de la ESO hoy en día sabría calcular.
Si D. JHS y sus seguidores llegaran a la extraña conclusión que la banca con reserva 100 % debiera ser pública, entraría en una contradicción antagónica de primer orden, pues la corriente libertaria española niega cualquier tipo de acción estatal. Dicen que el Estado sobra. Por lo tanto, demostraremos en el siguiente artículo que los profetas de la anarquía y de una banca sin beneficios solo dicen estupideces propias de personas que no tienen el más mínimo conocimiento de la matemática, aunque ellos se cataloguen como los economistas más avanzados en el campo liberal. Queda lejos Hayek para criticar a toda esta pléyade de analfabetos funcionales que intentan sembrar mentiras basadas en pensamientos irracionales, imposibles y utópicos. Lo demostraremos en el siguiente artículo.
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