La conmemoración del día 1º de mayo se dice que es en representación de los trabajadores. Históricamente se realizan movilizaciones de los sindicatos que son los representantes (dicen) de los trabajadores.
En este artículo vamos a demostrar que los sindicatos ni defienden a los trabajadores ni a los desempleados y solo se defienden a sí mismos.
En España, como sabemos la fuerza sindical es tremendamente coactiva. Cuando se convoca una huelga, los trabajadores que no están de acuerdo, son forzados a que la secunden con amenazas. Todos sabemos que los comités de huelga (piquetes) que recorren los lugares para evitar que los demás trabajen, es una forma de imposición por la fuerza para que cada cual no tenga la libertad de no secundarla si no quiere. Ésa es una de las razones por las que los sindicatos son entes alborotadores que intentan mediante la fuerza imponer sus criterios ante la masa laboral. También es verdad que deben haber sindicatos pero no como se han configurado en España.
En segundo lugar, en las negociaciones colectivas sectoriales generalmente se llegan a acuerdos perturbadores para el beneficio del patrón y del propio trabajador, al menos en España. Esto es así porque la mentalidad del sindicalista es de ir en contra de quien le da de comer. Volvemos a repetir que la plusvalía marxista es una calumnia e infamia, pues de no invertir el patrón no existiría empleo para el trabajador, y que si el capitalista no tiene el incentivo de ganancia siguiendo las leyes del mercado y de oferta y demanda y de transformación del dinero a partir de la fuerza del trabajo en capital, no existiría inversión, y el patrón dejaría su dinero en un banco generando interés, por ejemplo. Y la mentalidad de un sindicalista es ir a sacar al patrón lo máximo posible, a costa de sacrificar el empleo de otros por elevar el salario a los contratados y disminuir el nº total de los mismos.
En España lo sindicatos prefieren seguir con la lucha para intentar conseguir mejoras salariales incluso cuando una empresa está en dificultades, en contra de lo natural que es ajustar cada empresa a la realidad y no a convenios colectivos sectoriales. Eso conlleva a que una empresa particular puede aguantar un tiempo, pero al final colapsa, pasa a concurso de acreedores, y desgraciadamente, cierra y muchas veces ha sido debido a la presión sindical de elevar los salarios, sobre todo en tiempos pre-crisis.
Ésa es la diferencia entre lo que ocurre aquí y por ejemplo, en Alemania, donde los sindicatos se ponen en la mesa de negociación, analizan conjuntamente el estado de la empresa e incluso llegan a reducciones de sueldo, como ocurre con las cooperativas en España, que han adoptado este tipo de políticas. De esta forma, en lugar de destruir empleo, con EREs como se suele hacer en España, en Alemania, no solo salvan empleos sino que logran reflotar las empresas. La mentalidad sindical alemana es diferente a la española. Algo bueno tendría que tener Alemania. En España no le digas a un sindicalista que vaya a donde el patrón y en la mesa de negociación alegue que se reduzcan todos el sueldo pues eso es una "traición a la clase obrera".
Luego está el tema de los sindicados. En España existe a veces coacción para que la gente se afilie. Y yo lo expongo como experiencia particular. Antes de ser ingeniero, estuve en un empleo donde, por circunstancias de la vida, me enteré que el dueño pertenecía a un partido político vinculado también a un sindicato. Uno de los "perrillos falderos" lameculos del jefe, sindicalista él, me comentó un día "amigablemente", que me debía de sindicar en el sindicato tal, "pues en caso contrario igual me destinaban a otro puesto peor..." Si eso no es coacción que venga Dios y lo vea.
A la hora de la verdad los sindicalistas no mueven un dedo por los desempleados, realmente ni siquiera por sus afiliados, solo lo mueven al principio cuando te afilias haciendo creer que te van a defender cuando todo resulta en una falsedad. Cuando llega la verdad que tienes un problema te dicen "no reclames, al final no vas a poder hacer nada", pues gracias a su peloteo con los jefes, ellos están ahí "protegidos" y disfrutan de un privilegio para que otro compañero esté perjudicado y el liberado sindical se ría de los demás. Esos son los típicos hipócritas (canallas) sindicalistas de este país, gentuza que lo único que hacen es reírse del trabajador a la cara, hundir empresas, crear convenios colectivos para que una empresa multinacional que tiene buen aguante pueda resistir y una pyme dentro del mismo sector se hunda, pues no puede seguir dicho convenio. Indudablemente cuando acabó la relación laboral, lo primero que hice fue desafiliarme, pues ya estaba libre de la coacción. Y lo hice con ganas, pues no hay más rabia que tener que estar sindicado cuando no crees en los sindicatos porque te ha semiobligado el pelotilla del jefe.
Mi padre fue operario y nunca se afilió a ningún sindicato, pero a mí me coaccionaron. Esos son los sindicatos, unos chupasangres hacia los patronos, y a sus propios compañeros y a los parados, a los cuales no defienden, pues con sus políticas propician el incremento del desempleo.
Ciertos economistas dicen que subir los salarios podría ser un aliciente para estimular la economía, con mayor salario real y propensión al consumo, claro, por supuesto (¡ES IRONÍA!), pero si la presión sindical aumenta de tal forma que se pague más que el IPC, la empresa pierde competitividad, y en un entorno global, eso no puede darse. Cuando China se reoriente definitivamente al mercado interno y se establezcan sindicatos allí y se vigile las mínimas condiciones de trabajo no en semiesclavitud, entonces las inversiones extranjeras retornarán a Occidente y comenzará el despegue y nuestro crecimiento, pues China sí que necesita incrementar los salarios a sus súbditos, pues la mano de obra tan barata tras la deslocalización de empresas ha creado pérdida significante a costa de potenciar el desarrollo de China e India y otras áreas regionales.
Otro ejemplo de idioticia de los liberados sindicales. Fui mando intermedio en una empresa. El listillo del sindicalista me dijo que como tenía mando, yo no podía acogerme a lo del convenio porque no era "obrero". Vamos a ver, trabajador es aquella persona que trabaja, ya sea de obrero, de aprendiz, de ingeniero o de médico. Este hombre, si yo hubiera sido el gerente de la empresa, hubiera ido a la calle, sencillamente porque una compañía no tiene departamentos estancos, sino que es un sistema de engranajes donde todos deben operar al unísono para lograr el objetivo de la empresa que es conseguir beneficios, y si un "líder sindical" me viene con la milonga de que yo no soy un trabajador, tiene algo contra sus jefes o cree que los que están por encima suyo no trabajan (hay gente estúpida que piensa que los ingenieros no saben trabajar, lo he constatado cuando trabajé en otros oficios), no puede tener opción a estar dentro de una organización donde todos tienen que operar para trabajar en conjunto. Esa mentalidad de "lucha de clases" o absurdas ideas de obrero-trabajador, ingeniero-fuera de convenio, cuando en mi contrato sí estaba acogido a tal, merecen mi mayor desprecio y es de personas carentes de lógica y visión de empresa. Y si ese tipo de líder sindical está en una empresa, y ve a los mandos como enemigos, que se quede en su casa a reeducarse de acuerdo a los principios de saber obedecer y mandar. Todo buen soldado primero obedece y los buenos llegan a generales.
Los sindicatos en este país representan un cáncer para las empresas. Todo ese montaje de convenios colectivos debería desmontarse pues únicamente supone desventaja competitiva para las pymes menos afortunadas y lo que hace es una tendencia a que ciertas empresas se vayan al cierre por costes salariales inadecuados. Cada empresa es un ente distinto, luego no deberían existir convenios sectoriales, sino convenios particulares.
Reformas que potenciarían la competitividad de las empresas y reduciría el desempleo en España.
1. El contrato social entre empresa y trabajador debería ser aplicado, no por una regla establecida estándar, sino por la aportación del trabajador a la empresa. Es más, considero que toda retribución en una empresa debería ser con una componente fija y otra variable, en función de lo que aporta cada trabajador. Es factible estudiar la productividad de cada trabajador. No todos los ingenieros industriales rinden igual, ni todos los médicos hacen sus funciones con la misma eficacia, ni todos los obreros tardan lo mismo en hacer las tareas. Deberían tomarse indicadores de gestión y producción analizando a todos los puestos de una empresa desde el último aprendiz al directivo de más alto cargo para poderse evaluar de forma cuantitiva su desempeño y así retribuirse una parte, como salario base (el estándar mínimo) y a partir de ahí y la trayectoria y desempeño ganado día a día y no en base a llevar 20 años en la empresa, ir ganando el sueldo variable acorde a lo que produce a la empresa. Sería una forma de que el trabajador diera mejores resultados y significaría un aliciente para que la gente no calentara asiento ni diera vueltas por un taller buscando no sé que herramienta que dice no encontrar, como he podido desagradablemente observar...
2. Los contratos sectoriales, provinciales, etc. deberían desaparecer. Cada empresa a nivel particular debería tener su convenio, establecido para la realidad de la empresa. Un convenio pactado para un sector recoge una cantidad a pagar que para algunas empresas es factible y para otras, no. Una forma clara de discriminar el desarrollo de ciertas empresas es precisamente esa rigidez autoimpuesta. Eso beneficia a las grandes empresas, pero perjudica a las más débiles. Si los convenios sectoriales fueran abolidos por convenios particulares, muchos trabajadores encontrarían empleo con un salario inferior en empresas que no pueden pagar más, por su propia estructura de costes. Los convenios sectoriales discriminan a las empresas más débiles y esto propicia cierres de empresas y desempleo por alta estructura de costes laborales y hace que mucha gente esté contratada en escalafones profesionales más bajos para trampear al convenio o condiciona que ciertos trabajadores no puedan ser contratados por los altos costes que significa su contratación "por el convenio".
3. Todos los contratos, salvo en prácticas, becas y demás, deberían ser únicos en la empresa, y en caso de contratación indefinida, el coste por parte de la empresa debería ser el mínimo, pues ello supone una rigidez para la empresa y a veces una carga inaguantable. No se puede tolerar que porque alguien esté de forma indefinida en una empresa, con contrato fijo (realmente ya no hay nadie así, salvo los funcionarios), se relaje en sus funciones con el tiempo, tenga ventajas para no ser despedido, que no es otra razón que los altos costes de despido, y no se permita que otros más capacitados y con mayor rendimiento no puedan estar en la empresa. Esa rigidez impone una desventaja competitiva en las empresas al no entrar capital humano quizás más adecuado al existente y la tendencia a tener equipos de personas que solo ven la empresa como un lugar donde ganar un dinero al mes, pero no donde tienen que dar el 100 % de su tiempo para la misma.
4. Al tener cada empresa su propio convenio, ya no vendrían las huelgas típicas sectoriales, reclamando mayores ingresos y se frenaría la convulsión social sindicalista. No se podrían manifestar, por ejemplo, los "siderúrgicos" sino cada empresa reclamando lo que a ellos les duele. De esta forma se evitarían conflictos sindicales que a veces tienen un cariz político y en lugar de ser una reivindicación comedida significa un pulso político, pues evidentemente los sindicatos están politizados.
5. Si una empresa es libre de contratar y de adecuar su realidad de costes laborales, podrá entrar en competencia con las demás del sector. En caso contrario, si por imposiciones de convenios sectoriales, se debe retribuir unos pagos a todas las empresas por igual, eso hace que ciertas empresas desaparezcan. En ese sentido se reduciría el desempleo, como es fácil de comprender y asimilar.
Por lo tanto, se concluye que el sindicalismo exacerbado y belicoso y la imposición coactiva de los convenios sectoriales merman empleo, favorecen a los sindicatos verticales subvencionados con dinero público y no posibilitan la entrada al mercado laboral de los más desfavorecidos o los que van a iniciar su incorporación al mercado del trabajo, pues los salarios mínimos imponen una rigidez que hace que ciertos trabajadores tengan que emplearse en la economía sumergida como un servidor que estuvo 7 largos años así sin que ningún sindicato se acordara de mí. Para "predicar" se debe hacer con el ejemplo.
El día 1º de mayo debería ser el día de los trabajadores. Uds. no verán hoy manifestaciones pacíficas de trabajadores, sino de sindicalistas. Por lo tanto, el 1º de mayo es el día de los sindicalistas. Y como yo no soy sindicalista, no es mi día. Sin embargo, sí soy un trabajador, desde los 21 años... Y a veces he trabajado hasta las 2:30 h de la madrugada con temas de mi trabajo, pues mi tiempo como trabajador libre lo empleo como me da la gana. ¿Ud. lo ha hecho alguna vez, "amigo" sindicalista?
Ejemplos de barbaries cometidas por los sindicatos:
Y los eslóganes que deberíamos portar los trabajadores sobre todo el sindicalismo existente en este país:
Sindicalismo Vertical... Sin anarquistas no hubiera habido falangistas... Al final, son lo mismo: coacción de un grupo de personas para conseguir el poder.
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