Concebir un Estado diferente, sin zoquetes arruinaobreros disfrazados de hermanitas de la caridad en el poder gracias a un sufragio irresponsable fruto del sistema democrático decadente, es posible. Tan solo hace falta unión, cohesión, coherencia, liderazgo y separación de poderes, donde el Poder Judicial fuera efectivo para tener manos libres para actuar.
Aristóteles, quién tuvo tanta culpa del atraso científico, por sostener como medio del conocimiento solo el método deductivo de la razón, definió las formas puras de política. Una de ellas era la Aristocracia (entendiéndola no como el gobierno de los ricos, sino como el gobierno de los mejores)
Podemos transformar el mundo, juntos podremos. No se puede tolerar tanta inoperancia, engaño e infamia y encima que nosotros, para colmo, defendamos nuestra ruina y perdición en manos de algunos miserables políticos que lo único que hacen es enriquecerse y gravarnos impuestos para sustentar gentuza incompetente, parásitos sociales. Privaticemos tanto como podamos en buenas manos. Echemos a esta clase política o realicemos una purga completa del sistema de corrupción, decadencia y estulticia políticas y elijamos a políticos honestos, no a un partido que no tiene democracia interna para elegir al mejor candidato y solo resulta elegido por el antecesor o aquel que trepa con mayor fuerza dentro del organigrama no por sus méritos sino por sus zancadillas a sus compañeros.
Destruyamos su sistema de ladrones del erario, que pagamos todos, llevando a la cárcel con Ley a todo aquel corrupto que intente aprovecharse del ciudadano. Robemos el pendón. Seamos radicales, liberales con la ley en la mano, no creamos que una revolución pacífica de este tipo será el caos, al contrario, pensemos en la burguesía productiva, en los agentes económicos productivos capitalistas. Busquemos la manera de hacer relaciones comerciales internacionales, sin tanta burocracia, tanta hipocresía, tanto arancel, pero con países que no esclavicen a sus ciudadanos. La globalización significa el hermanamiento entre naciones, pero entre naciones que respetan las reglas del juego limpio. No se puede permitir crear guerras artificiales para permitir preponderancias o imperios basados en hegemonías militares como en el pasado. Eso nos llevó en el siglo XX a dos guerras mundiales. Debemos confiar en quien defiende nuestra civilización occidental.
Seamos libres, libres de acabar con este estado "del malestar", de la necedad. Enarbolemos la bandera de la ley, busquemos líderes naturales que nos lleven a establecer la Paz verdadera y arrinconemos a los miserables mentirosos que nos engañan con su cuento de siempre y que deberían estar en la cárcel pagando penas por corrupción. El buen político escasea, pero para que el que es un corrupto no siga impulsando a que salgan nuevos políticos ladrones la LEY debe ser implacable. De esta forma, si esta ley llevara a la cárcel a los corruptos, los políticos pensarían dos veces antes de cometer delitos. El problema de España es que en la Democracia pocos políticos han pagado sus fechorías.
Libertad para crear, para decidir, para erradicar o cambiar gobiernos que empañan el libre cauce. Creamos en gente honesta, la Democracia tal y como está concebida, sin división de poderes, no es el camino, pues se nutre del engaño, de la financiación de intereses ocultos, de la plutocracia y no de la aristocracia. Creamos en gente capaz, competente, en una nueva tecnocracia desinteresada, en lugar de personas con mucho conocimiento de leyes que únicamente sirven para estafar a la ciudadanía. El conocimiento para gobernar debe ser el de alguien experto en dirigir empresas y no tontolabas abogaduchos que no saben de cuentas y se sacaron la carrera memorizando absurdas leyes que las cambian cada cierto tiempo para el propio interés de la casta parasitaria...
Viva el liberalismo democrático que cree en la propiedad privada de las empresas y ciudadanos y no en el manirrotismo estatista, muera el Estado opresor actual, cambiemos el Estado por un Estado liberal como el del siglo XIX sin tanto despilfarro borreguil, vivan los que invierten con su dinero y no se enriquecen con el de los demás a costa de engañar a las clases más desfavorecidas. Viva el hombre de negocios que genera empleo allí donde el político nunca lo haría por su egoísmo y porque maneja dinero de los demás para sus propio interés...
Juntos, venceremos. Viva nuestra revolución pacífica. La revolución del capital. En ello nos va que el mundo siga adelante y no hundido con crisis periódicas pactadas, en un capitalismo de Estado decadente por la clase política, hipócrita, embustera e ineficaz.
Actualmente no existe un capitalismo verdadero, simplemente es una farsa. El monetarismo de Friedman ya no funciona como en la era de Reagan. La deuda de EEUU no ha hecho más que elevarse drásticamente desde 1971 debido a que el "fiat money" (dinero sin respaldo) significa solo "deuda" y no transformación del dinero en capital, como debería ser. Un nuevo orden mundial significa NO AL GOBIERNO MUNDIAL ORWELIANO SOCIALISTA TOTALITARIO.
Solo hacen leyes los políticos a su medida para enriquecerse a costa de esquilmar y erosionar las economías particulares con impuestos cada vez más agobiantes para el bolsillo de las clases medias y los ricos no pagan lo que deberían pagar como se hacía en Occidente desde la directriz de Eisenhower en EEUU, donde los ricos pagaban y el déficit estatal iba menguando año tras año. Y no se dan cuenta que las clases medias son las que sustentan un país, pues si no consumen estos, las empresas cierran por falta de ventas, despiden trabajadores y la economía se cortocircuita. Las clases medias son las tractoras de las sociedades.
Si los plutócratas analfabetoides no se han dado cuenta, los nuevos ricos tecnócratas deben ser los líderes mundiales que encaucen el mundo en el Orden, la Ley, el Arkos y el Gobierno del Capital, frente al gobierno mundial socialista que algunos pretenden imponer. A ver si estos nuevos ricos encauzan el mundo por la senda de la Ley, el Orden y corrigen las deficiencias de la no tasación correcta de acuerdo a la evolución de la economía del tipo de interés de las bancas centrales, que es una de mis aportaciones científicas a la economía y nadie aún ha tenido en cuenta.
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