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sábado, 16 de julio de 2022

El problema de Rusia es su IMPERIALISMO y su sentido megalómano de grandeza.

Rusia es una nación desde siempre imperialista con sus países vecinos, ya desde el siglo XVIII, con Catalina II, la emperatriz Roja, la esposa alemana que mató seguramente a su marido para obtener el poder absoluto, tras deponerlo y condenarlo al ostracismo un año antes.

Los diferentes zares tuvieron siempre una pugna entre ellos por llegar al poder y sus expansiones territoriales son el fruto de ese exacerbado nacionalismo panruso que siguió con la URSS y ahora encandila nuevamente la mente desquiciada del asesino dictador y genocida Vladimir Putler*, el iniciador de la guerra contra Ucrania, país soberano y libre, frente a las ambiciones imperialistas demenciales del nuevo Hitler.

Putler* es un “enano” resentido con el mundo porque quiere retornar a la situación de la URSS de dominio territorial, donde se aglutinó por la fuerza a una serie de países bajo el cobijo de una ideología diabólica que no funcionó porque la dirigían una pandilla de asesinos y criminales como Lenin y Stalin.

Putler* es un mentiroso compulsivo, pero se siente seguro de que en su país se sigue la línea ideológica editorial de sus pensamientos, en base a cercenar la prensa libre, la disensión política y la mínima crítica a su delirante ideación de guerra hacia un pueblo vecino aludiendo que no son un pueblo ni un país, que son parte de Rusia. La extrema exaltación patriótica y nacionalista de este “enano” dictador criminal de guerra, con sus mentiras, sus matanzas, sus violaciones de los derechos humanos y políticos en su país y su obstinado odio a Occidente y especialmente a EEUU, solo muestra la careta de un autócrata peligroso que sería capaz de lanzar armas nucleares contra quien fuese, para defender a su “amada” madre Rusia, cuando él es el que ha iniciado la guerra contra Ucrania, como tantas otras anteriores desde que llegó al poder.

Putler* cree que en occidente somos tontos y se ha aprovechado de que en Europa no existe una total coordinación entre todos los países en todos los temas a tratar ante una invasión y guerra que ha destruido hospitales, escuelas, a civiles inocentes y a cualquiera que se le pusiera por delante.

Putler*, tras estos meses de guerra, debería ser conducido a dos simples situaciones:

1 (1) Llevarlo a un consejo de guerra mediante un Tribunal Internacional, al estilo Nuremberg, como buen puto nazi que es, pues es un emulador ventajoso de la estrategia que hizo Hitler en los Sudetes en 1938, alegando que los que allí vivían eran alemanes.

2 (2) Que cualquiera que lo tuviera a alcance le pegara 3 tiros, uno en la frente, otro en el corazón, y otro en los huevos, ya que es tan cobarde que está destruyendo a su propio ejército y los ucranianos cuando él está en un bunquer, la mayoría de las veces, escondido temiendo por su vida, el pobre “angelito”…y encima "paranoico" perdido por si le contagían algo.

Ucrania intentó ingresar en la OTAN en varias ocasiones desde que se declarara estado independiente de la exURSS.

Probablemente si en el año 2014, Ucrania hubiera estado dentro del bloque de la Alianza Atlántica, la Rusia cobarde del “enano” Putler* ni se le hubiera ocurrido anexionarse Crimea. Ésa ha sido la debilidad de occidente. Ya el comandante en jefe de la OTAN, Philip Breedlove defendía la contención de Rusia en aquellos entonces, pero fue despuesto.

EEUU representa un país que intenta desarrollar una hegemonía política, económica y cultural en los países, pero no de forma imperialista, como Rusia sí lo hace. EEUU ha hecho algunas guerras aparentemente estúpidas e ilógicas, pero el interés de este gran país es conseguir que los países se transformen en democracias al estilo occidental y no en países monstruos como Cuba, Corea del Norte, China o Rusia, por poner varios ejemplos. Si se intenta impulsar el derrocamiento de gobiernos autócratas, dictadores o genocidas, el objetivo es librar a esos países de ese yugo y esparcir la Democracia y con ello, ganan los ciudadanos de esos países. Evidentemente EEUU no puede estar continuamente en guerra contra todos los países que colaboran con la esclavitud, sumisión y freno a los derechos humanos mínimos de sus pueblos, pero debería estar más alerta para que situaciones como la guerra de Putin en Crimea en 2014 o la guerra actual de Putin en Ucrania, no pudieran llevarse a cabo.

Debería existir un mecanismo para aislar totalmente a los países manejados por dictadores envidiosos de nuestros sistemas de libertades y los estados encabezados por criminales de guerra y asesinos de sus rivales políticos, deberían ser expulsados de la ONU. Un país como Rusia cuyo “presidente” emula al genocida Hitler, no debería tener cabida en una organización así y no tendría que poseer el veto sobre legislación a aplicar contra su guerra megalómana de obsesión imperial.

Por otra parte, Europa debería unirse más y concentrar su lucha contra el enemigo obcecado y criminal. Un Putler* asesino, genocida y amenazador de lanzar armas atómicas sobre occidente nada más que refleja la locura de un autócrata que no tiene respeto a nada ni a nadie, ni siquiera a sus propios generales. Debería ser depuesto como Mussolini y colgado boca debajo de un puente para que todo el que pasara por allí le escupiera a la cara y le insultara. Es lo menos que merece semejante “enano” intelectual, que se cree un gran estratega, cuando es un imbécil de la KGB, que no evolucionó y se quedó en 1991, cuando los propios soviéticos le abandonaron a su suerte en Alemania oriental. A ver si así sucede, y le asesina su propia camarilla, el mundo lo agradecería.

La guerra de Putin en Ucrania está perdida para Rusia. Da igual que ganase militarmente. Casi todas las naciones van a recordar a Putler*, como lo que es, un emulador de Hitler en pleno siglo XXI. Sin embargo, considero que la ayuda militar que se le está prestando a Ucrania es deficiente. Los Estados europeos deben de saber que si Putler* consigue sacar tajada de Ucrania no se parará ahí e intentará destruir la unidad europea de defensa y unidad para atacar a otro país. Putler* piensa que la OTAN no respondería ante un ataque a un país miembro. Y eso no pasaría, evidentemente.

No obstante, han existido precedentes donde coaliciones internacionales han intervenido en guerras sin necesidad de involucrar a una organización como la OTAN, como la guerra del Golfo de 1991.

Además, los países, independientemente de la adhesión a la OTAN, pudieran involucrarse más en contener a Rusia para derrotarla e infligirle el mayor golpe a su política, economía y sistema autocrático. Varios países bálticos junto con Polonia han pedido más actividad y ayuda militar a Ucrania. Rusia tiene que aprender la lección que el que empieza una guerra paga los platos rotos, y esta guerra le va a costar muchos años de malestar en Rusia y de desconfianza internacional. Hay que cortocircuitar todos los mercados rusos, sus exportaciones, sus fuentes de ingresos y destruir a sus oligarcas cómplices del régimen. Rusia debe pagar, para que aprenda la lección de una vez. Si durante más de 3 siglos ha ido siempre por los países vecinos realizando guerras de conquista y aludiendo que esos son pueblos rusos, eso es una farsa histórica y debemos acabar con esa falacia mayúscula.

Debemos estar preparados para la guerra y no temerla. Somos conscientes que ni EEUU ni Europa ni la OTAN han iniciado ninguna guerra, sino que ha sido el villano Putler*, criminal de guerra, el que ha iniciado esta situación horrible para la Paz mundial.

No debemos amedrentarnos ante el enemigo ruso. Debemos combatirlo, destruirlo y extenuarlo, sea como sea, al coste que sea. En ello nos va nuestra Libertad, nuestra Decencia, nuestra Democracia (siempre es mejorable) y nuestros valores como pueblos civilizados. No podemos compararnos con una Rusia putleriana, donde el “enano” mata a adversarios políticos, a periodistas, encarcela a rivales o simplemente a manifestantes que protestan por sus acciones diabólicas contra la humanidad y elimina la libertad de prensa, de asociación y donde gobierna una oligarquía ladrona del pueblo encabezada por Putler*.

La naturaleza destruya a Putler* y salve a Ucrania de una guerra injusta causada contra su pueblo. Intensificar la ayuda a Ucrania contra Putler* sería nuestra VICTORIA. Considero que se está haciendo muy poco para salvaguardar a un país amigo de la democracia, independientemente de que esté bajo el paragüas de la OTAN o no.

No se puede actuar de forma diplomática con enemigos de su propio pueblo y de sus vecinos. Ya vimos las consecuencias de las idas y venidas de Macron. Ése es el camino de la debilidad, y EEUU, Europa y la OTAN deben mostrar total fortaleza contra enemigos de la humanidad, como Putler*.

Putler* debe ser derrotado en todos los ámbitos, militar, política y económicamente. De esta forma, Rusia aprenderá la lección para que linche y liquide a aquél que le ha llevado a la senda de su propia perdición.

Vivan la Republica de los EEUU, Europa, la OTAN y todas las naciones libres y democráticas que se sienten amenazadas por asesinos indiscriminados como Putler*. Cuando un psicópata asesino como Putler* tomase las riendas del poder de un país, el pueblo le tenía que eliminar, por el propio bien del pueblo. Eso debería ser un sistema protector de los países. La única forma de llegar a ese estadio es fomentar una democracia real en la que la soberanía resida en el pueblo y no en representantes ladrones ni en dictadores ávidos de enriquecerse y pasar a la historia por emuladores adiestrados de asesinos-genocidas como Hitler, porque eso es lo que es Putler*.


Nota: Putler*, vocablo conformado por los apellidos PUTin y HitLER.

sábado, 17 de abril de 2021

La tiranía de los plutócratas y los países enemigos de la democracia

En el ansia humana siempre han existido dos malignidades supremas: el poder para mandar a otros y someterlos a sus caprichosos dictados y el amasar dinero a costa de robárselo a los demás.

Durante la historia del hombre, siempre han aparecido personajes de todo tipo que han pretendido conseguir esos innobles actos para envilecerse a costa de intentar dominar a otros seres humanos a través de la política.

Después de la Revolución Francesa pareció que los ideales de libertad, igualdad y fraternidad podrían confluir en un sistema donde el gobierno fuera por y para el pueblo. Sin embargo, no fue así, pues la nueva clase social emergente, la burguesía, fue la que pasó a tomar control sobre los países y la que ideológicamente realizó las subsiguientes revoluciones liberales a lo largo del siglo XIX, que supusieron gobiernos supuestamente más democráticos, cuando el interés era mantener la preponderancia de gobiernos plutócratas que favorecieran sus ansias económicas frente a los de los demás. Para ello, se basaron en economistas que destronaron el mercantilismo de los reyes absolutistas en un liberalismo económico que tendiera a enriquecer más a los que ya eran ricos.

Tras la observación de esta situación político-económica, donde las promesas de libertad frente a la opresión del Antiguo Régimen eran vanas, y solo había significado el cambio de poder de la nobleza por la burguesía, algunos autores criticaron el sistema político-económico de una forma burda y siniestra. En este contexto surgen ideologías extremistas nefastas como el socialismo marxista y el anarcomarxismo. A nadie se le ocurrió que la soberanía de un Estado reside en el pueblo, que es lo que define realmente la Democracia, y no en un partido único que asume todo el poder de forma dictatorial en nombre del pueblo para someterlo (socialismo marxista), o en la abolición de los estados para poder conseguir la “libertad” (anarcomarxismo).

Las democracias adulteradas gobernaron el siglo XIX con la falsa apariencia de que existía libertad de voto (en principio censitario) cuando en realidad existían turnos pacíficos de poder bipartidista como existió en España tras la restauración borbónica desde 1875 entre Cánovas del Castillo y Sagasta o en Alemania con Bismarck, como ejemplos de manipulación del poder sobre la población para que no triunfaran ideas extremistas, pero también, para que no se pudiera dar ningún tipo de democracia real en la que la voluntad del pueblo decidiese.

Parecía que tras el desmantelamiento del sistema de monarquías autoritarias después de la I Guerra Mundial, el mundo podría conocer otras formas de gobierno donde el pueblo participara de verdad. Sin embargo, no fue así en muchos países.

En occidente, tras la gran depresión después del crack de 1929, se tomaron medidas intervencionistas en los gobiernos para paliar los efectos de la “mano invisible” de los mercados del liberalismo laissez-fairista. Fue el origen del capitalismo social, que tras la II Guerra Mundial dio origen a un sistema que articulaba el Estado como un ente que debe intervenir en la economía para paliar los efectos de los mercados y redistribuir las rentas para conseguir el bienestar y la libertad económica no solo para unos cuantos. Este sistema funcionó en base a que se sentaron las bases del Estado del Bienestar: enseñanza pública universal, seguridad social, pensiones, cotización por desempleo, ... En el área macroeconómica, se orientó el estado a maximizar el empleo, favoreciendo la sociedad de consumo y elevando el nivel de vida de las clases populares y donde la clase media alcanzó las más altas cotas de bienestar que, después de 60 años vemos como han desaparecido todas esas conquistas sociales conseguidas en base a sangre, sudor y lágrimas. Esto es así porque tras la irrupción del neoliberalismo en 1973 con el experimento en Chile de los Chicago Boys apadrinados por Friedman y Hayek y financiados por Rockefeller desde la universidad, donde se creó en Chile una dictadura autoritaria, liberal solo en lo económico, es decir, favoreciendo a las castas más ricas del país, la plutocracia tomó el control e intentó desvirtuar el papel del Estado en todo el mundo occidental. Desde entonces la clase media y trabajadora no ha hecho más que mermar económicamente por la avaricia de la plutocracia y eso es contrastable con todo tipo de estadísticas comparativas respecto al Estado del Bienestar frente al nefasto Estado Neoliberal actual. 

Después de la extinción de la URSS en 1991 parecía que el mundo tenía solo un modelo, pero comenzaron a erguirse enemigos, no ya del sistema neoliberal, sino de la pseudodemocracia que existe en occidente.

Rusia aupó a un desconocido exagente de la KGB como presidente, con mucha ambición de poder, de tal forma que, paulatinamente, se ha convertido en un dictador que no admite más poder que el suyo en su país, asesinando bajo su orden a periodistas, opositores políticos y a todo ciudadano que está intentando ser una alternativa a su mandato. Rusia es un peligro grande para la humanidad en cuanto que su presidente es un psicópata megalómano engreído todavía en la grandeza de la URSS y queriendo obtener tajada de sus antiguos territorios robados bajo el régimen comunista. Es por ello que no ceja en el empeño de intentar buscar la debilidad de occidente para anexionarse nuevas Crimeas en su delirio imperialista. Al nuevo zar, aparte de asesino, no le importaría apretar el botón nuclear, porque según sus pensamientos infantiloides, “los rusos irían al cielo”.

China es otro nuevo experimento de tipo capitalista-comunista. Con Mao estaban sus ciudadanos muertos de hambre, gracias a sus delirantes políticas propias de un demente. En 1970 la mayoría de chinos no tenían ni para una bicicleta. Ahora son la fábrica del mundo. ¿Cómo ha sucedido esto?

Richard Nixon en 1972 era muy reticente a abrir las relaciones diplomáticas con China. Sin embargo, fue a China a restablecerlas intentando dar la imagen como títere de los plutócratas. Para rematar la faena, se encargó el “rey del mundo”, David Rockefeller quien acudió a China en 1973, se entrevistó con Mao y de ahí surgió el negocio de introducir al entonces Chase Manhattan Bank en China, primer banco del mundo al que se le permitió gracias al “peloteo” interesado. Al volver del viaje “de placer”, ya testificó en el New York Times sus deseos de un futuro orwelliano de tipo autoritario donde los ricos pudieran estar en cualquier lado sin temer a una revolución, que ellos controlaban: «Independientemente de su precio, la Revolución China ha tenido un éxito evidente no sólo a la hora de crear una administración más eficaz y entregada, sino también a la hora de fomentar una moral alta y un propósito común […] el experimento social llevado a cabo en China bajo el mandato del presidente Mao es uno de los éxitos más importantes de la historia de la humanidad».

David Rockefeller no quiso favorecer a los ciudadanos chinos, solo veía su propio negocio y la forma en que los chinos estaban sumidos en una esclavitud tipo feudal, mientras por entonces los ricos pagaban muchos impuestos (gracias a la eficiente fiscalidad progresiva del Estado del Bienestar) y no era justo que los “pobres millonarios heredados” fueran a tener que soportar una merma en sus ingresos y rentas parasitarias por culpa de gobernantes justos y responsables tal como se había dirigido el mundo entre 1944 y aquel fatídico año de 1973. Era hora de hacer el cambio, y para hacerlo estaban los hombres de paja: Friedman, Hayek y gobernantes nefastos como Reagan y Thatcher, que aplicaron las políticas de la plutocracia para beneficiar exclusivamente a los más ricos, a sus compañías multinacionales y así explotar al obrero y extinguir una clase media que habría permitido continuar el grado de prosperidad del capitalismo social precedente… Los impuestos los deben de pagar los trabajadores y las clases menos acomodadas, según la ideología neoliberal, porque así lo dictó Reagan, rebajando la tasa más alta del IRPF del 70 al 24 % durante sus presidencias, mientras los trabajadores pagarían más, pues de algún sitio hay que obtener impuestos si se les rebaja a los ricos...

Los ricos para eso tienen abogados y están conectados con bancos internacionales que les permite lavar dinero o situarlos en paraísos fiscales donde estén bien custodiados, no vaya a ser que paguen también muchos impuestos proporcionales como el resto de mortales. Ése fue el mensaje oculto que no transfirieron a la opinión pública, pero fue su objetivo real al desmantelar el estado del bienestar: privatizar empresas, meter la idea de que si no tienes dinero ni trabajo es culpa tuya porque no te has esforzado lo suficiente y anular a los gobernantes de occidente bajo el poder de la gran banca y su deuda exponencial desde 1973 como coacción para emprender las políticas que beneficia a la gran plutocracia, ahogando a los Estados para extirparles hasta el último céntimo que procede de los contribuyentes más modestos y trasvasándolos a rentistas explotadores que no hacen nada más que maquinar ideas nefastas contra la humanidad, como el supuesto Nuevo Orden Mundial Orwelliano.

China no se ha vuelto rica por méritos propios. Ha sido una concesión de occidente, no de los Estados, sino realmente de los grandes capitalistas, que han deslocalizado empresas para llevárselas a ese país para obtener mano de obra esclava. El único objetivo de los capitalistas era ganar dinero y beneficiarse a sí mismo. Así funciona el mercado, y así son las leyes del neoliberalismo: yo me enriquezco a tu costa y si no tienes trabajo o dinero, esfuérzate.... Eso no es malo per se, pues lamentablemente siempre que uno gana, muchos otros pierden, no solo a nivel económico-financiero. Lo verdaderamente nefasto es que entregaron su capital, su buen hacer, su know how, sus formas de producción a un gobierno dictador que les impuso una empresa nacional china para tener apoyo. En realidad, lo que quería China era copiar descaradamente a las empresas extranjeras para luego ellos ser capaces de hacer lo mismo y una vez llegado el momento expulsarles del mercado chino. La avaricia siempre tiene un precio a pagar, y por tener beneficios durante algún tiempo, muchas compañías extranjeras afincadas en China van a ver poco a poco, como, después de la transferencia de conocimiento, y el “poder” de China de tener a sus ciudadanos como esclavos, pueden erigir empresas mucho más grandes que las que les “enseñaron” y posteriormente echarlos del mercado por la “libre competencia” de acuerdo a los dictados con trampas del gobierno chino.

Las empresas occidentales que se instalaron en China han provocado otra grave disrupción en nuestros países: nos han dejado sin trabajo, han erigido a China como posible candidato a ser el país más influyente del mundo a nivel económico con una férrea dictadura nazicomunista que solo sueña con dominar el mundo y han debilitado nuestros países a todos los niveles, han permitido que se les robe su propiedad intelectual “por un puñado de dólares”. Realmente EEUU con Nixon no fue el culpable de lo que ha ocurrido con China, sino la intromisión en los diferentes gobiernos de ese país de plutócratas que son los que verdaderamente quieren mover los hilos de la gran república y conminarnos a todo el mundo a ser esclavos de una dictadura mundial orwelliana capitaneada por China.

China es un enemigo suave, que va demostrando sus ansias imperialistas. Quiere asignarse todo el mar que baña costas de otros países. A Filipinas la tiene asediada por eso. Tiene rivalidades con Japón, con Taiwán, con Corea del Sur, con India, domina ya Hong Kong … China, no es que sea un país no fiable, es el verdadero enemigo del progreso social y de libertad de la humanidad. China debe ser confrontada y se debe luchar por eliminar su influencia pues en ello nos va nuestra poca libertad que nos queda.

China está en manos de psicópatas envilecidos y enemigos de su pueblo a través del PCCh (partido nazicomunista chino).

Respecto a Rusia decir que en la etapa moderna desde Pedro el Grande y Catalina han sido un país muy agresivo militarmente, con frecuentes intentos expansionistas y de dominio territorial, las formas de gobierno siempre han sido autoritarias y en perjuicio de los ciudadanos normales, tanto en el zarismo, como en el comunismo soviético y ahora con el putinismo.

Putin es enemigo declarado de occidente y de EEUU en particular. Con Trump ha sido un gran hipócrita pues le ha usado como una marioneta para beneficiarle, y Trump cayó en su trampa. Putin es una persona muy fría pero capaz de realizar una guerra en Ucrania para anexionarse más territorio sin importarle que se desencadene la III Guerra Mundial. Putin es un loco, un narcisista y un ladrón, que ha robado todo que ha querido y más y ahora no permite desocupar el poder, pues con otro gobierno tras una investigación, sabe que podría acabar en la cárcel. Esta persona maneja misiles nucleares, y debería deponérsele de su posición y que fuera a la cárcel de por vida por lo que ha hecho. Tiene los resortes del poder, es un emperador, un zar, un canalla complaciente que se piensa un dios y que cree que su religión hace que tenga que perseguir las demás. Un loco en definitiva con apariencia de niño bueno.

El gran problema al que se enfrenta la entronización de una democracia real con control del pueblo sobre sus gobernantes son fundamentalmente tres:

1) Que el pueblo conozca que existe una alternativa a la pseudodemocracia actual de oligarquías de partidos políticos. Si el pueblo conociera este sistema, seguramente querría conseguirlo en contraposición de esta democracia falsa y que solo beneficia a las castas políticas parasitarias en colusión con la oligarquía económica.

2) Que las naciones que defienden mínimamente la libertad a través de estas falsas democracias busquen la forma de amortiguar los efectos de naciones como Rusia y China, y que tengan leyes para poder poner sanciones, aranceles, trabas de comercio, para debilitarlos y poder conseguir una transición pacífica del poder de estos dos países monstruos, en lugar de un enfrentamiento militar que resultaría en una espiral de violencia difícilmente controlable y que podría desencadenar una gran guerra.

3) Que a las compañías occidentales instaladas en China se les pudiera vetar, multar o atraer a occidente pues el daño económico, político y social que están realizando es superior al beneficio que tenemos la mayoría de personas en los países occidentales. Se debería empezar a rediseñar una nueva OMC donde países como China estuviesen excluidos totalmente del comercio hasta que no cambiasen sus formas políticas de “exterminio y control social” hacia sus ciudadanos. Esa sería la forma de eliminar al partido nazicomunista chino, pues si se logra el total aislamiento de sus exportaciones, el gobierno muere y los ciudadanos chinos serían libres con un gobierno pro-democracia.