viernes, 25 de diciembre de 2015

¿Cuál es la forma de salir de la crisis mundial?


Para poder establecer un nuevo orden económico que abogue por retornar al período de bonanza mundial establecido entre 1944 y 1971, se deberían hacer ciertos cambios de todo tipo (económico, político).


Estos cambios de refieren a continuación, como repaso a varias entradas de este blog:


1) Bancas centrales. Después de haber calculado que la banca con reserva 100 % es una teoría imposible de llevarse a la prática, vamos cambiando la percepción sobre las bancas centrales. Efectivamente ya se ha argumentado en muchas ocasiones que este tipo de bancas fueron instaladas originalmente por iniciativa de los banqueros pero funcionan mediante supervisión estatal, pues el plan final aprobado para constituir la FED fue el que determinó el Congreso tras un acuerdo con los banqueros. Entonces, dado que toda la teoría vertida por los liberales austríacos está contaminada por las últimas aportaciones de los libertarios, que defienden la eliminación de la banca central, finalmente se llega a la conclusión de que dicho tipo de bancas es necesaria. Sería más dañino el no tenerlas. Ahora bien, debería actuarse de otra forma. Por una parte, como ya se ha venido comentando, las transacciones entre el Estado, el BC y los demás bancos puede tasarse y reconvertir a tipo de interés a tiempo real y analizar la información cada poco tiempo. Así de esta forma, se elimina la descompensación entre un tipo de interés tasado arbitrariamente y aquel que se ha determinado de forma matemática. Otro de los aspectos a mejorar es la transparencia. El oscurantismo de la BC hace que los agentes económicos, además de verse envueltos en un tipo que no corresponde a la realidad sufre un retardo en su exposición pública. Estas dos características hacen de las BC, peligrosos intrumentos de desestabilización de coyunturas económicas si no se usan adecuadamente. En definitiva, abogo por una BC que contenga los dos ingredientes antedichos. La masa monetaria con dinero fiat es congruente, pues después de analizar el patrón oro, que rigió las economías occidentales solo durante 35 años, entre 1879 y 1914 y observando el patrón cambio - oro, que solo duró 37 años, entre 1944 a 1971, vemos como no es posible manejar un economía encorseta en patrones metálicos, pues los estados y las empresas, necesitan a veces de mayor expansión económica, y no es posible mantener la paridad entre masa monetaria y oro. Por lo tanto, la escuela monetarista, en este aspecto, tiene consistencia, pero no la deriva libertaria de desregulación del sistema bancario que ha conllevado a la anarquía financiera y a la economía rentista parasitaria, alejada de la economía productiva industrial de occidente.


2) Organización Mundial de Comercio (OMC). Con la globalización el sistema de intercambios comerciales se ha incrementado. Sin embargo ha habido un grave problema. Los capitalistas han aprovechado para trasladar producción a países con menores costes salariales. En algunos de estos países, la mano de obra era semiesclavista. El capitalismo debe optimizar los recursos económicos para reducir la desigualdad, no fomentar la esclavitud en países con costes laborales ridículos y desertizar económicamente regiones antes desarrolladas industrialmente. Esa es una de las falacias que la OMC ha realizado: desajustar las rentas y salarios de muchos países occidentales y desplazar capitales para mayor beneficio. El resultado es bien sencillo: ricos más ricos y pobres más pobres. Eso no es capitalismo. Eso es tiranía de los plutócratas que han estado por encima de las leyes estatales y han desertizado industrialmente occidente. Por contrapartida, China ha conseguido salir de la pobreza y se ha capitalizado pero bajo un régimen autoritario mercantilista, con fuerte proteccionismo, frente al librecomercio aplicado en occidente, que ha significado que la sociedad democrática en los países occidentales corren peligro del contagio del totalitarismo chino. Contra esto es difícil luchar, dado que abriendo mercados de esta forma, únicamente se puede conseguir que los países receptores de la producción de bienes cobren un salario indigno y en el mercado occidental se obtenga como contrapartida desempleo, bajada de salarios, inestabilidad y malestar. La globalización 1.0 ha sido un fracaso y nos ha llevado a una situación de crisis sistémica global.


3) Legislación estatal. El Estado es el garante de que la economía se dirija hacia todas las clases sociales. Es claro que los capitalistas solo velan por sus intereses. El problema es que existen lobbies instalados en el propio Estado que ejercen un poder de presión para que ciertas compañías o empresas prevalezcan sobre las demás, dejando fuera del mercado a otras que pudieran hacerlo mejor o de forma más económica. El Estado debería legislar para que, mediante transparencia, todas las contratas y licitaciones, se realizaran bajo las premisas antedichas: menor precio y calidad. Todos sabemos que no es así. Eso crea corrupción, clientelismo y compadreo que sube la deuda que pagamos los contribuyentes mediante impuestos. La función esencial de un Estado es la redistribución de las rentas a través de las políticas económicas. Si parte de las empresas del mercado están compadreadas con los gobernantes se crean disfunciones en el mercado. Y esto pasa, sobre todo en la gran banca. Solo con legislar correctamente y tomar un cuerpo jurídico que investigase a los políticos en el poder podría hacerse justicia, frenar la corrupción y ahorrar al Estado mucho dinero cuando las empresas que trabajan para él, no son las mejores.


4) Guerras de conquista estratégica. Nos hemos dado cuenta que los países poderosos, especialmente EEUU, han realizado una serie de guerras absurdas en Oriente Medio, como la de Irak. Fue un error gravísimo porque dicha guerra se sostuvo con la premisa de que existían armas de destrucción masiva en dicho territorio, hecho que posteriormente se demostró que era falso. Por tanto, el militarismo belicoso de preponderancia militar es un fracaso, cara a la opinión internacional. Actualmente en Siria no es que exista un dictador como presidente y por eso se le ha intentado quitar, pues en la inmensa mayoría de países árabes no existe democracia de ningún tipo. Siria es más bien, el paso de petróleo hacia el mar y ha sido la excusa para que EEUU militarizara grupos contra el régimen del presidente de Siria, y posteriormente parte de ellos se hayan cambiado de bando hacia el Estado Islámico, verdadero monstruo que sí requeriría intervención, como así lo ha hecho Rusia, bombardeando sus bases. En este panorama tenemos dos actores, Rusia que vela por sus intereses en la zona con el presidente de Siria y EEUU que intenta deponerlo de forma solapada. Son puntos estratégicos de ambos países. Está clarísimo que EEUU inició el intento de desestabilizar a Siria, por lo que, evidentemente no tiene razón en el conflicto. Como tampoco es adecuado que la OTAN instale bases militares en Ucrania, país que tiene borde fronterizo con Rusia y gracias a la divina providencia que no se ha hecho. Y donde también sucedieron situaciones tensas entre ambos países. Estos choques, propiciados fundamentalmente por EEUU no tienen razón de ser y considero que su política exterior es muy deficiente. Este tipo de guerras encubiertas para obtener preponderancia militar o geoestratégica están fuera de lugar en un mundo global, donde se tiende a hermanar naciones. Si la ONU está para algo debería sancionar a cualquier país por intentar realizar este tipo de guerras encubiertas. EEUU no puede ir de gendarme mundial a costa de pasarse la ley a la torera.


5) Pasar a la globalización 2.0. Vemos como la globalización actual ha sido un fracaso para las clases medias y trabajadoras y solo han servido para enriquecer más a las clases plutócratas, en base a trasladar producción a países de bajo coste. En una 2ª fase, lo que debería suceder es que los costes de esos países en vías de industrialización subieran y fuesen capaces de dotarse de un tejido productivo propio, mientras la relocalización de las compañías haría que aumentase nuevamente el empleo y las tasas de crecimiento en los países occidentales. De esta forma, los vasos comunicantes estarían al mismo nivel, no como ahora, y los sueldos reducidos de nuestros países verían como experimentan subidas y de esta forma se lograría mayor consumo y bienestar.


Habrá más puntos, pero he reflejado los que yo creo que serían los más interesantes para lograr salir de la crisis económica y caminar por un mundo más seguro.

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